La Económica dispone de liquidez para 7 años sin la ayuda de Bancaja

La fundadora de la caja ingresó unos 120.000 euros por la venta del contrato de alquiler de su exsede a Roig

jordi cuenca valencia

La desaparición de Bancaja como entidad financiera no solo supone un quebranto para su actual obra social y la fundación en que la propia caja se convertirá a partir del próximo martes por la supresión de aportaciones fijas, sino que tendrá efectos muy negativos para algunas instituciones que designaban a consejeros generales de su asamblea y que ahora van a ver cómo sus ingresos anuales caen de forma drástica. Es el caso de la Asociación de Impositores (AI) y de la Unión de Consumidores de España (UCE), que representaban a los clientes, y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País (RSEAP), la entidad fundadora de Bancaja, que, no obstante, dispone de liquidez suficiente para aguantar siete años en espera de hallar entremedias otras fuentes de financiación.

Cada una de las tres percibía de la caja, a través de su fundación, en torno a unos 120.000 euros anuales que contribuían poderosamente a su funcionamiento. Para este año, sin embargo, los ingresos han mermado de forma considerable: la Económica, por ejemplo, se ha quedado en 50.000 euros. La futura fundación contará entre sus patronos solo de forma temporal con representantes de impositores, empleados y entidad fundadora. La Económica ya ha anunciado que renuncia a estar en ese órgano de gobierno. Además, la fundación nacerá sin aportaciones de la sucesora de la antigua caja -Bankia-, sin patrocinadores definidos de momento y con noventa millones en tesorería para subsistir varios años.

La situación, por tanto, es compleja, pero, como queda dicho, la bicentenaria Sociedad Económica dispone de recursos para cruzar la travesía del desierto en la confianza de encontrar soluciones para su futuro en el camino, según fuentes de la fundadora de Bancaja. La entidad ingresó 120.000 euros cuando vendió a Francisco Roig el contrato de alquiler por el espacio que ocupaba su sede en el palacio de los Catalá de Valeriola en la plaza de Nules de Valencia. Roig vendió el edificio entero en 2003 al Consell por aproximadamente 8,8 millones. Los citados 120.000 euros pasaron a engrosar los fondos propios de la entidad y, al no ser tocados, han crecido con el paso de los años.

Además, la entidad procedió este año a un nuevo cambio de sede con el propósito de abaratar costes. Dejó las instalaciones que ocupaba de alquiler en la Plaza de Tetuán, -el entresuelo y la planta baja de un edificio- y se ha trasladado a un piso de la calle la Paz, más pequeño aunque con espacio suficiente para albergar su cotizada biblioteca, la secretaría y una sala de juntas. Aunque la crisis económica ha suspendido algunos convenios, por ejemplo con la Generalitat, que reportaban pequeñas cantidades a la Económica para la celebración de actos o el mantenimiento de su patrimonio, la entidad es propietaria de algunas obras pictóricas, las más importantes de las cuales adornan una sala en la sede de la Fundación Bancaja bautizada con su nombre y que se instalaron ahí por motivos de seguridad. Asimismo, la Económica cuenta con las cuotas de los socios, principalmente personas procedentes del ámbito académico e intelectual, si bien esos ingresos llevan años congelados por la crisis.

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