El intervenido Banco de Valencia admitió ayer, justo un día después de su adjudicación a CaixaBank, que sus balances registran 2.062 millones de euros más de pérdidas que las declaradas hasta el pasado mes de septiembre de este año. La entidad valenciana anunció ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la aplicación de los dos decretos sobre el sector financiero de este año del Gobierno central y el traspaso de activos al banco malo -Sareb- generan un deterioro adicional de los citados 2.062 millones. En septiembre de 2012, el director general del Banco de Valencia, José Antonio Iturriaga, comunicó unas pérdidas de tan sólo 389,4 millones de euros, frente a los 876 millones del mismo período de tiempo del año anterior, es decir un 55,5 % menos.

El grupo bancario recién adjudicado a CaixaBank atribuye el "nuevo deterioro contable" a que tiene pendiente de contabilizar un deterioro adicional por aplicación de los ajustes derivados del Real Decreto-Ley 2/2012 de 3 de febrero de saneamiento del sector financiero, así como de la Ley 8/2012 de 30 de octubre sobre saneamiento y venta de activos inmobiliarios en el sector financiero, que se elevan a 1.233 millones de euros. Además, a este nuevo "agujero" patrimonial se suma el derivado por el traspaso de activos al "banco malo" que exige el Real Decreto 1559/2012, que conllevará el registro contable de un deterioro de aproximadamente 829 millones.

El Banco de Valencia explicó ayer que dicha situación patrimonial "será reequilibrada mediante las operaciones vinculadas al acuerdo de venta alcanzado entre el FROB" y Caixabank.

Siete mil millones en ayudas

En 2011, el Banco de Valencia recibió una línea de liquidez por un importe de 2.000 millones de euros y una aportación de capital de 1.000 millones en acciones ordinarias a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, en junio de 2012. El importe total de la ayuda estatal recibida por el Banco de Valencia en forma de medidas de recapitalización y relativas a activos tóxicos, incluida la que deberá desembolsarse en virtud de este último programa, ascenderá a aproximadamente 7.000 millones de euros. En esta cantidad se incluyen los 4.500 millones de euros que el FROB se ha comprometido a inyectar a la entidad tras adjudicarla a CaixaBank.

Reestructuración

La entidad financiera valenciana es la única de las cinco nacionalizadas que todavía no ha comunicado a la CNMV -hasta el cierre de esta edición del diario- los planes de reestructuración de la entidad, que afectarán a su red de oficinas (438 sucursales), así como a su plantilla (2.113 trabajadores).

Pequeños accionistas

Pro Banco de Valencia, asociación que representa el 2,5 % del capital de la entidad y que preside el empresario Vicente Simó, mostró ayer su confianza en que Caixabank se ha quedado con el banco valenciano "para sumar y no para restar" y aprovechará "todos los activos que tiene".

Los actuales pequeños accionistas del Banco de Valencia, que suman el 9 % del capital (incluido el grupo Bankia), mientras que el FROB maneja el 90 % de los títulos, deberán asumir las pérdidas acumuladas antes de la ampliación, lo que les dejará fuera del capital si luego no acuden a la mencionada ampliación.

Los socios históricos (familias Noguera y Girona, Porcelanosa, Celestino Aznar, entre otros) representaban el 25 % del capital del banco antes de la inyección dineraria del FROB, que se diluyó con esta operación al 2,5 %.

Iturriaga arremete contra el Banco de España y los anteriores gestores

El administrador provisional de Cajasur, CAM y actual director general del Banco de Valencia a petición del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), José Antonio Iturriaga, criticó ayer la labor del Banco de España en la gestión de la crisis financiera, que a su juicio ha sido "políticamente correcta". Durante la presentación de la Asociación para la Búsqueda de la Excelencia (ABE), Iturriaga criticó tanto la actuación del supervisor bancario como la de los consejos de administración de las entidades financieras españolas porque han propiciado la actual crisis. Llama la atención que Iturriaga realice estas declaraciones, desde Madrid, cuando ayer tuvo que comunicar a la CNMV el deterioro adicional en las cuentas de la entidad que gestiona por un valor de 2.062 millones de euros.

Según Iturriaga, "los consejos de administración no han cumplido su deber. No han sido profesionales ni independientes", lamentó este ex inspector del Banco de España. También declaró sentir "vergüenza" por la falta de preparación de algunos de los miembros de los consejos de cajas de ahorros, que durante años continuaron en esos puestos "sin más cuestionamiento". En su opinión, eso facilitó que ciertos ejecutivos encontraran "un caldo de cultivo propicio que en no pocos casos han aprovechado en beneficio propio".

Respecto al Banco de España, señaló que "más bien ha estado políticamente correcto" porque "probablemente ha habido mucha presión política de órganos de carácter regional, como las comunidades autónomas". En ese sentido, comento que "casi seguro han cercenado su capacidad supervisora, han condicionado en no pocas veces los planes de saneamiento correctos y más adecuados para las entidades y han impedido que se recapitalizaran en tiempo y forma".

Iturriaga no dejó títere con cabeza y también atacó a los auditores externos de las entidades financieras al señalar que "esperábamos más de ellos", ya que no han sido valientes sino "condescendientes en algunos casos, no sé si atendiendo a razones de negocio, presiones, falta de criterio o preparación".

Además, sostuvo que la crisis financiera española se ha debido a malas prácticas, centradas más en el sector de cajas, donde factores institucionales y de gobernanza han llevado a esa situación. "Nos sobran muchas leyes y nos falta mucha reflexión", aseveró el director general del Banco de Valencia.