Los expertos ven escandaloso el coste para el ciudadano

Maudos exige al FROB que demuestre que la liquidación era más cara que la salvación del banco con dinero público

jordi cuenca valencia

«Un escándalo». Así calificó ayer el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos, el coste que va a tener para los contribuyentes el saneamiento del Banco de Valencia previo a su venta por un euro a CaixaBank. Los mil millones que aportó el FROB en la ampliación de capital del pasado junio, más los 4.500 que va a tener que inyectar antes de la citada operación y el Esquema de Protección de Activos con el que cubrirá el 72,5 % de las posibles pérdidas en que pueda incurrir la entidad en los próximos diez años suponen un coste superior a los 5.500 millones de euros que saldrán de las arcas públicas. En consecuencia, Maudos considera una obligación que los responsables del FROB, propietario del 91 % del capital de la entidad, «demuestre que efectivamente la liquidación del banco era más cara que la venta». Tal como publicó este diario, un informe de Nomura llegaba a esa conclusión y afirmaba que el coste de la resolución ordenada ascendería a 10.500 millones.

El investigar del IVIE expresó ayer, en declaraciones a este diario, sus dudas de que esto sea así. En su opinión, la liquidación probablemente habría sido menos cara para los ciudadanos „no así para accionistas, bonistas y depositantes, que, en este último caso, solo tenían garantizados 100.000 euros„, pero evidentemente habría provocado un cataclismo social que, al parecer, es uno de los motivos que han inducido al Gobierno y a la Comisión Europea a aceptar finalmente la venta. No obstante, el experto dejó en el aire esta reflexión: «¿Cuán podrido estaba el banco para que liquidándolo sólo se pudiera recuperar la mitad de sus activos?», dado que estos ascienden a 20.700 millones y Nomura estimaba que su resolución costaría los citados 10.500.

Joaquín Maudos se mostró inflexible en que los accionistas minoritarios del Banco de Valencia, poseedores en la actualidad de un 9 % del capital „incluido un 3 % de BFA/Bankia„ «deberían perder toda su inversión» visto lo que le costará la salvación de la entidad a los ciudadanos, si bien admitió que, por estrategia comercial, es posible que CaixaBank intente darles una solución, dado que son grandes clientes que, en caso contrario, podrían dar la espalda a la entidad.

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