En todos los indicadores de desempleo en la Ribera, dos de los municipios que mejor parados salen son l´Alcúdia y Almussafes. La primera población se sitúa muy por debajo de la media comarcal desde hace ya más de dos años. Según el alcalde, Robert Martínez, del PSOE, en la actualidad confluyen varios aspectos como la contratación de las campañas citrícolas, en especial la del caqui, que tiene en l´Alcúdia la sede de la denominación de origen, y la solidez de la gran industria «que está aguantando el tirón de la crisis» con empresas como Istobal, Imecal o Ercor. «Para un municipio como l´Alcúdia tener empresas que den trabajo a 500 familias todo el año es una baza decisiva», señala.

Un dinamismo en el que algo tiene que ver, afirma Martínez, el impulso municipal: «Hemos lanzado un plan de autónomos por el que el ayuntamiento pagaba el primer año y se han dado de alta 40 y hemos gastado dos millones de euros en planes de empleo».

El efecto llamada de la factoría

El caso de Almussafes, con un 9% de paro, según el alcalde, Albert Girona (Bloc), se entiende por la cercanía del polígono industrial y de los proveedores de Ford. «Dedicamos mucho dinero a políticas de empleo y el polígono es evidente que no deja de generar empleo porque la cifra importante al final son las contrataciones mensuales que tenemos y hablo de casi un millar al mes. Es uno de los municipios que más contratación tiene», dice el alcalde. Aunque ello también provoca «un efecto llamada» por la factoría Ford «y que tengamos una población de unas 800 personas empadronadas por las ventajas que tenemos que no viven aquí».