FerroNats Air Traffic Service, la empresa adjudicataria del servicio que presta la torre de control del aeropuerto de Manises, se hará cargo de las operaciones de despegue y aterrizaje del aeródromo valenciano a partir de principios de julio probablemente el día 6 o 7, según ha podido confirmar Levante-EMV de distintas fuentes consultadas. La torre, no obstante, comenzará a funcionar con casi la mitad de la plantilla que tiene AENA como gestora, ya que de los veinte controladores aére0s que hay en estos momentos, se pasará a doce tras recibirse la autorización de la agencia de seguridad aérea AESA, dependiente del ministerio de Fomento.

Curiosamente, la reducción del número de técnicos se ha producido después de que cinco de los diecisiete candidatos de FerroNats no hayan conseguido superar las evaluaciones a las que han sido sometidos por los actuales controladores de la torre de Manises durante el periodo de prácticas, unas pruebas en las que deben demostrar su pericia.

Cuando salió el concurso por el que el adjudicatario un consorcio formado por Ferrovial y el operador británico Nats accedió a la privatización de la torre de Manises, la agencia de seguridad aérea estipuló un mínimo de diecisiete controladores para cubrir el servicio con garantías, tres menos de los que tiene actualmente AENA, una cifra que ya fue criticada desde el sindicato de controladores USCA al considerar que era demasiado ajustada. Ese número, sin embargo, ha quedado rebajado ahora a doce, cuando en cada turno de trabajo hay tres al día entran dos controladores y un «imaginaria» que debe estar disponible para incorporarse de inmediato a la torre en caso de que hubiera alguna indisposición, lo que hace un total de seis operadores más tres disponibles cada veinticuatro horas.

A partir del próximo día 7, cuando se produzca el traspaso del servicio, los doce controladores de FerroNats deberán afrontar sin supervisión las operaciones de aterrizaje y despegue, ya que los actuales controladores pasarán a los nuevos destinos que les asigne AENA.

La transición, además, se producirá en el periodo de mayor volumen de tráfico en el aeropuerto de Valencia, al coincidir con la campaña de verano, ya que entre los meses de julio y septiembre, las aerolíneas que operan en Manises abrirán 33 nuevas rutas a veintiseis destinos, que se suman a las que ya existen actualmente.

Desde el sindicato de controladores han criticado el proceso de transición, que califican de «precipitado». «Nunca se ha dado la situación de que de un día para otro cambie toda la plantilla. Siempre ha coexistido el personal nuevo con gente de una expediencia de 15 a 20 años, que se hace cargo de la situación si surge algún problema», señalaron en USCA.

Desde Ferronats se quita hierro a las críticas de los actuales controladores y del sindicato. «Con los que se han aprobado se puede atender el tráfico ¿Por qué había veinte antes? No lo sabemos», indicaron. «Los turnos y los servicios han sido aprobados por AESA», señalaron.

También defendieron la profesionalidad de los nuevos técnicos, a pesar de los problemas que han tenido durante el proceso de evaluación. «Aproximadamente el 40 % de ellos tenía experiencia en torres civiles de otros países europeos, como las de Birmingan y Manchester y otros son militares que han prestado servicios en torres del Ejército». No obstante, el 60 % restante carece de experiencia previa. Según el portavoz de FerroNats, todos pasan un proceso de evaluación y la inmensa mayoría «se han formado en la misma escuela que los antiguos controladores, en el Senasa».

USCA, sin embargo, cuenta una versión radicalemente distinta. «La preparación es muy diferente señala un controlador de la torre del aeropuerto de Manises. Yo, por ejemplo, fuí elegido en una oposición a la que se presentaron cerca de 90.000 candidatos para 120 plazas. Entre los requisitos para acceder al puesto se requería una licenciatura y un curso que duraba alrededor de veinte meses en la escuela del Senasa, donde la formación la daban controladores profesionales de AENA. Ahora los requisitos han bajado, la licencia se puede pedir en una escuela privada previo pago de una importante cantidad de dinero, y los cursos son de veinte semanas».