La aventura empresarial de Vicente Cotino en Galicia se diluye. El juzgado de lo mercantil número 3 de Valencia ha decretado la disolución y apertura de la fase de liquidación tres sociedades filiales del grupo Sedesa dedicada al negocio de canteras de áridos. Se trata de las mercantiles Inversiones Imison y su dos participadas Áridos de Trazo y Leitosa. Las tres entraron en concurso voluntario de acreedores en octubre del año pasado, una año después de que Sedesa suspendiera pagos.

Las tres filiales que ahora desaparecerán suman un pasivo cercano a los cuatro millones de euros, muy lejos de las grandes cifras del concurso del grupo empresarial de Vicente Cotino. Tras la separación de parte de la familia con Emosa, Cotino se había hecho con dos canteras en Galicia. Los vínculos del sobrino del presidentes de las Corts Juan Cotino con esa comunidad derivan de relaciones de familia. Vicente Cotino tiene como suegro al empresario gallego José Antonio Souto, no de los promotores del macrocentro comercial levantado en A Coruña Marineda City a través de Invest Cost, junto a los empresarios Manuel Jove y José Collazo.

Al segregar el grupo familiar, el primo de Vicente, Francisco Cotino Solaz, asumió el control sobre el negocio del movimiento de tierras y canteras de áridos, actividad que dio origen a la primigenia Sedesa. Vicente Cotino optó entonces por comprar sus propias canteras en Galicia. Invest Cost, la sociedad de su suegro, adjudicó a una UTE compuesta por FCC y Sedesa la primera fase de construcción del complejo de A Coruña.

Sin embargo, el desplome del sector de la construcción como consecuencia de la crisis ha terminado por arrastrar también el negocio de los áridos de Vicente Cotino, que ahora irá directamente a liquidación para afrontar deudas.

El devenir de Sedesa en los últimos tres años ha sido convulso. En 2010, Vicente Cotino traspasó a Ezentis Infraestructuras gran parte de su grupo empresarial a cambio de una participación en el accionariado. Tras fuerte divergencias sobre la valoración real de Sedesa y su situación patrimonial, la operación terminó por deshacerse y Sedesa volvió a manos del empresario valenciano, que se vio salpicado además en esas fechas por el caso Gürtel.

Desde entonces Cotino gestiona la liquidación de gran parte de los activos de su pequeño imperio para afrontar el pasivo acumulado con los bancos. El empresario concentra ahora su actividad en la firma de inversión y capital riesgo Pontia, que busca negocios en Latinoamérica.