La negociación del convenio colectivo de los estibadores del puerto de Valencia se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para las navieras y los sindicatos del sector. El bloqueo del pacto laboral que aglutina a unos 1.600 trabajadores -encargados de las tareas de estiba y desestiba a través de la sociedad Sevasa-Sagep- tiene que ver con los planes manejados por la patronal para intentar reducir los costes, que triplican los de algunos puertos competidores y son considerados "anacrónicos" en tiempos de crisis. Entre estos figura el desembolsado por un puesto tipificado como "especialista" y cuyo trabajo consiste en avisar con un silbato cuando cada camión llega al punto exacto donde se puede maniobrar con el contenedor.

La categoría profesional de avisador con silbato, dentro de las labores de la estiba, está desempeñada por entre 50 y 60 trabajadores cada día en diferentes terminales portuarias y supone un coste anual de 7,6 millones de euros al conjunto de empresas que operan en el recinto del Grao, según advierte la Asociación Naviera Valenciana.

Otros enclaves marítimos de la competencia han resuelto dicha función con la instalación de semáforos o simplemente con conos de señalización en áreas donde los camiones manipulan contenedores.

Pérdida de competitividad

Mientas los sindicatos de la estiba consideran que existen otras fórmulas para el servicio más eficiente y competitivo sin necesidad de rebajar los salarios, la patronal naviera -controlada por las concesionarias con mayor actividad (Noatum, MSC y TCV)- sostiene que la situación salarial "está alejada de la realidad" y resulta "alarmante". Según constata los datos de la conselleria de Economía, Industria, Turismo y Empleo, el sueldo medio de una estibador se sitúa entre los 90.000 euros brutos al año y puede llegar has los 140.000 euros, "frente a los 55.200 euros de un juez o los 56.820 euros de un médico especialista", puntualiza la naviera. Además, quiere reducir el personal de cada equipo de trabajo. "A la desproporción de los sueldos se une el incumplimiento de la jornada laboral. Así -comenta la organización empresarial- la jornada laboral de los estibadores por convenio es de 6 horas de trabajo. Sin embargo, la jornada efectiva realizada no llega a las 5 horas y media", con la consiguiente merma de productividad" para el puerto de Valencia.

La mano de obra es el principal coste en el tráfico de los transbordos de contenedores, ya que puede supera el 60 % del gasto total de escala de los buques. De hecho, un estibador valenciano cobra tres veces más que el mismo profesional en el puerto de Sines (Portugal) o dos veces más que el de Gioa Tauro (Italia).

Caída de actividad

El puerto de Valencia se mantiene como líder del Mediterráneo en el transporte de contenedores, con 3.271.342 TEU (cajas de veinte pies) entre enero y septiembre de 2013, que representa una caída del 1,50 % respecto a idéntico período de tiempo de 2013. Sin embargo, la cifra de actividad en verano, según las navieras, se ha desplomado un 20 % en comparación con el anterior debido sobre todo al desvío de buques hacia destinos más competitivos como los citados de Sines y Gioa Tauro, así como a los de Pireo (Grecia) y Port Said (Egipto).

Las empresas estibadoras que operan en Valencia llevan cuatro años solicitando a los sindicatos, aunque sin éxito, una reducción de costes laborales. Según los sindicatos, el nuevo convenio colectivo -también bloqueado en otros recintos como Barcelona- tendrá que adecuarse al IV Acuerdo Marco, un pacto de ámbito estatal. Los dirigentes empresariales y sindicales han prolongado la negociación hasta el próximo 20 de diciembre.