En octubre de 2007, la constructora e inmobiliaria Llanera protagonizó el primer gran concurso del sector desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, que se saldó cerca de dos años después con la aceptación por parte de los acreedores de los convenios de pago de deuda presentados para sus tres empresas de mayor tamaño y la liquidación de las cinco mercantiles restantes del grupo. En concreto, en septiembre de 2009 obtuvo la aceptación de los convenios de la matriz Grupo Llanera y de las filiales Llanera Inmobiliaria y Patrimonial Arenal, y se vio abocada a liquidar la mercantil Aldalondo. Estas cuatro empresas para las que ofertó convenios de pago de deuda sumaban créditos ordinarios pendientes de más de 120 millones.