Casi un año después de la disolución de Bancaja, la gestora que la sustituyó aprobó ayer los estatutos y la composición del patronato de la nueva Fundación Bancaja. Conocidos los cinco representantes de la oposición, la sorpresa vino por parte del PP, que situó en el nuevo órgano de gobierno a dos exconsejeros de la extinta caja. Se trata de Vicente Montesinos, designado directamente por la Generalitat, y de Rafael Alcón, quien ayer mismo se convirtió en el nuevo presidente de la entidad, después de que el principal responsable de la gestora, José María Mas Millet, cumpliera su compromiso de no seguir. Alcón es un arquitecto muy bien relacionado con la alta burguesía valenciana, se le considera amigo del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y fue el profesional elegido por el expresidente del Valencia Vicente Soriano para diseñar inicialmente el estadio del club de fútbol. Fue durante años consejero con voz y sin voto en Bancaja en representación del cupo castellonense. Los otros seis vocales nombrados ayer a propuesta del PP son el empresario de la alimentación Vicente Coll, el presidente de Lo Rat Penat, Enrique Esteve, la abogada María José Ferrer, también tertuliana de Canal 9, el empresario citrícola Vicente Fontestad, el único que no asistió ayer a la reunión del patronato, el cirujano y Premio Jaime I de Investigación Médica en 2010 José Mir, y la catedrática de Derecho Constitucional de la Univesitat de València, Remedios Sánchez.

Los vocales de la oposición -tres socialistas, uno de Compromís y otro de EU- son el exsecretario general de Bancaja Vicente Palacios, la psicóloga Ana María Escrihuela, el exdirector de la oficina de Acnur Francisco Javier Edo, el empresario hostelero Emiliano García y la economista Rosa María Yagüe. A todos ellos se suman el presidente de la Fundación Caja Castelló, Juan Manuel Aragonés, y los presidentes de las comisiones delegadas de Segorbe y Sagunt. Ninguno de ellos percibirá retribuciones. Ferrer fue designada por el nuevo patronato secretaria y Palacios, vicesecretario.

El nombramiento de los doce patronos y la aprobación de los estatutos de la fundación tuvieron el visto bueno unánime de la gestora, no sin un polémico debate interno, dado que los representantes en la misma de las territoriales de Castelló, Segorbe y Sagunt pidieron a sus otros siete compañeros (cuatro socialistas y los otros tres, como ellos, del PP) que votaran en contra para tumbar los estatutos. Alegaron que nadie -es decir, el conseller de Gobernación y secretario general del PP, Serafín Castellano- había negociado con ellos el reparto económico final, con el que están en desacuerdo. Y es que la Fundación Caja Castelló, que quería independizarse totalmente y pedía 20 millones, finalmente recibirá nueve y se nutrirá anualmente con un 11 % del presupuesto de gasto de la nueva fundación. Segorbe y Sagunt recibirán un 5 % cada una. Al final, el resto de vocales les hicieron ver que la nueva entidad no podía nacer con la oposición de las territorialesy que a estas reuniones, como todos los demás creían, se llegaba con todo pactado. Así que votaron a favor, pero exigieron incluir en el acta su petición de que se reconsideraran los artículos de los estatutos con los que estaban en contra.