La inversión y, por tanto, el stock de capital, resultado de las inversiones acumuladas a lo largo del tiempo, ha sido una de las magnitudes más afectadas por la crisis iniciada en 2007, hasta el punto de que ha registrado una caída del 50 %, según un informe hecho público ayer por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Si en 2007 los niveles de inversión respecto al PIB superaban el 30 %, en 2013 el esfuerzo inversor de la economía española ni siquiera llega al 18 %, «una cifra sin embargo más en consonancia con la de otras economías desarrolladas que no basan su crecimiento en la inversión, entre otros motivos porque ya tienen un stock de capital elevado». El estudio detalla el esfuerzo inversor en relación al PIB efectuado por las comunidades autónomas, aunque en este caso la evolución analizada, que refleja «un descenso generalizado», abarca el período comprendido entre 2007 y 2011. El resultado es que en capital productivo, es decir el que no incluye al residencial, la Comunitat Valenciana ocupa la penúltima posición con un 13,3 %, solo mejor que el 12,7 % del País Vasco y muy lejos del 20,4 % de Extremadura, que es la región que lidera esta estadística.

A resultas de «este patrón regional de inversión», la evolución del capital más relacionado con el proceso productivo ha sido distinto en cada autonomía, aunque la Comunitat Valenciana, cuya economía tanto se sustentó en la etapa de bonanza en el sector inmobiliario, vuelve a situarse en el pelotón de los más rezagados. Es, junto a Murcia y Andalucía, la única autonomía que en dotaciones per cápita está por debajo del 90 % de inversión respecto a la media española. Además, fue la que registró la tasa de variación positiva entre 2007 y 2011 más baja, ya que fue de un 0,78 %. Por detrás solo aparece Canarias, que fue la única que registró un descenso 0,76 % en el período mencionado.

En el análisis del esfuerzo inversor total, que incluye el capital residencial, la Comunitat Valenciana mejora posiciones y pasa a ocupar, sin contar Ceuta y Melilla, la cuarta posición por la cola con un 24,1 %. Por detrás aparecen Madrid (23,6 %), Cataluña (23,4 %) y País Vasco (19,3 %).

El informe, por otro lado, pone de manifiesto que, aunque el capital total español, «al tratarse de un stock acumulado a lo largo de muchos años, aún no presenta una evolución negativa, sí se ha ralentizado considerablemente su crecimiento en términos reales y en 2013 es prácticamente cero (0,1 %)». El capital público, por su parte, «sí ha empezado ya a reducirse». Fundación BBVA e Ivie son meridianamente claros al respecto: «Del mismo modo que cuando se invierte para hacer una nueva carretera después hay que seguir conservándola, las inversiones de las administraciones públicas deberían crecer este año más de un 60 % solo para mantener el stock de capital público del que se dispone en la actualidad, formado por infraestructuras productivas como las del transporte, la educación o la sanidad».

Según añade el estudio, «las bruscas reducciones en la inversión empiezan a tener consecuencias en la conservación de algunas infraestructuras, como carreteras y vías urbanas, que pueden significar en el futuro unos menores niveles de calidad en los servicios que proporcionan a la población y al tejido productivo». «Esta es una situación que no había tenido lugar, ni por aproximación, durante el periodo de las últimas cinco décadas para el que se dispone de información», señala el informe, que explica que, tras crecer en el periodo 1995-2007 a una tasa real anual del 4,1 %, en el período 2007-2013 el ritmo de acumulación de capital bajó al 1,4 % y en este último año se situó ya por debajo del 0,5 %.