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Tribunales

Juan Soler acelera su quiebra económica tras la detención

El juez decreta la liquidación y disolución de la matriz de su grupo empresarial ante la negativa de los acreedores a firmar un convenio

Los problemas judiciales del ex presidente del Valencia CF, Juan Soler, han acelerado el abismo económico de gran parte de su entramado empresarial. Apenas dos meses después de haber sido arrestado por la Policía Nacional por ordenar presuntamente el intento de secuestro del también ex dirigente valencianista Vicente Soriano, el juez ordenado la disolución de su matriz societaria.

El juzgado de lo mercantil número 2 de Valencia dictó un auto el pasado 23 de junio en el que acuerda disolver Urbanas de Levante, la mercantil que aglutinaba gran parte de los negocios inmobiliarios de Juan Soler. La decisión se produce después de que en otro auto de mayo se acordase la liquidación de los bienes de la empresa.

La desaparición de Urbanas de Levante se produce pese a que en el mes de abril tanto el juez como los administradores concursales confiaban en un posible acuerdo con los acreedores. Incluso acordaron la apertura de la fase de convenio. Con un pasivo de unos 200 millones y la banca como principal acreedor, todo parece haber cambiado tras su arresto, pues finalmente la empresa irá a liquidación y será disuelta.

Urbanas de Levante arrastraba problemas desde 2008. En 2009 presentó preconcurso y negoció con la banca. Soler logró evitar la suspensión de pagos en febrero de 2010 gracias a un acuerdo de dación en pago y refinanciación con entidades financieras como Bancaja (hoy Bankia), Banco de Valencia (ahora Caixabank) y Santander.

Pero tras ceder los activos y ante el fuerte pinchazo del sector inmobiliario, Urbanas de Levante apenas mantuvo actividad. Gran parte de las esperanzas de Juan Soler quedaron depositadas en los pagarés que recibió en 2008 de Vicente Soriano por importe de 79 millones de euros y que debían servir para pagarle la venta de su paquete mayoritario de acciones del Valencia CF.

Soriano pretendía a su vez revender los títulos a la firma uruguaya Dalport. Pero las dudas de solvencia de ésta y la intervención de la Generalitat propiciando una ampliación de capital y diluyendo el valor de la participación abocaron la operación al fracaso.

Soler reclamó en los tribunales el cobro de los pagarés. Tiene sentencias que reconocen una deuda a su favor de 39 millones de euros. Sin embargo, Soriano se ha declarado insolvente y no ha pagado ni un euro. La detención del promotor por intento de secuestro ha sido el último capítulo de la turbulenta relación de ambos empresarios.

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