tribuna

Sobre el consejo del emprendedor

Emilio Sampedro Baixauli

La reciente creación y puesta en marcha del Consejo Valenciano del Emprendedor genera, inevitablemente, expectativas acerca de la tarea a desarrollar para promover y estimular la actividad económica y la iniciativa empresarial en nuestro territorio. Como integrante de dicho Consejo en representación del sector cooperativo valenciano, por delegación de la Confederación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana, concibo la oportunidad de este órgano desde la necesidad de diseñar estrategias concretas y coherentes con las necesidades de los emprendedores y de eliminar obstáculos con los que todavía hoy se encuentra cualquier persona que se plantea poner en marcha una iniciativa económica valenciana.

A primera vista, el hecho de concitar alrededor de una mesa a representantes de las administraciones públicas competentes en la materia, de las universidades, organizaciones empresariales, sociales y económicas relacionadas con la cultura y el fomento del emprendimiento en el ámbito de la Comunitat Valenciana, y focalizar las diferentes visiones, propuestas y argumentos para una mejor consecución de los objetivos marcados, parece más que conveniente y adecuado. El Consejo Valenciano del Emprendedor es un órgano colegiado de carácter consultivo al que corresponde impulsar el fomento del emprendimiento entre las políticas y acciones de la Generalitat con el objetivo último de promover la actividad económica, la iniciativa empresarial y la creación de empleo a través de los emprendedores, las microempresas y las pymes.

En ese sentido, y como representantes del sector cooperativo, vamos a trabajar por que se tome en especial consideración las circunstancias y potencial del emprendimiento cooperativo, y para que, de una vez por todas, se dé respuesta adecuada y conveniente a algunas circunstancias que estimularían la creación de nuevas cooperativas, y por ende de empleo estable, como la digitalización del Registro de Cooperativas, la agilización de los trámites de constitución o la revisión de la orden de ayudas destinadas al sector, por poner algunos ejemplos.

Asimismo, es imprescindible que la labor de fomento que realizamos las entidades representativas de la economía social y cooperativa a través de nuestros servicios gratuitos de atención a personas emprendedoras, sea adecuadamente sostenida con fondos públicos, puesto que llevamos a cabo un servicio público orientado, precisamente, a los fines marcados desde este Consejo del Emprendedor y porque es ahora mismo cuantos más emprendedores llegan hasta nosotros con inquietudes y necesidad de alternativas de autoempleo. Además, debe hacerse una apuesta clara por impulsar aquellas formas de emprendimiento que generen mayor calidad en el empleo que crean, como es el caso de las cooperativas.

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