El Banco Central Europeo (BCE) celebra hoy su primera reunión de política monetaria de 2014 y la más importante en mucho tiempo, ya que los mercados descuentan que la institución presidida por Mario Draghi anuncie su esperado programa de compra de deuda pública, que podría alcanzar los 50.000 millones de euros mensuales

Los analistas consultados creen que Draghi evitará decepcionar a los mercados y aprobará un importante programa de alivio cuantitativo, conocido como QE, cuyo importe, duración, activos a comprar y forma de hacerlo serán los factores que deberá conjugar para cumplir con las expectativas y contentar a los más críticos.

Aunque en los últimos días han surgido numerosas informaciones sobre los detalles del programa, la mayoría apuntan a que se situaría en torno a los 500.000 millones de euros, la cifra que según el estratega de mercado de IG, Daniel Pingarrón, supone la frontera entre lo que podría decepcionar o agradar.

Sin embargo, fuentes conocedoras del plan indicaron a «Wall Street Journal» que la propuesta inicial del BCE contemplaría un QE de 50.000 millones mensuales durante al menos un año, lo que haría que el programa fuera como mínimo de 600.000 millones.

Por ello, más que el mero anuncio del programa, lo que intriga a los mercados son los detalles del mismo, como su importe económico o la modalidad de las compras, donde las posibilidades son múltiples. Además, también quedarían otras cuestiones menores por resolver como si se comprarán también bonos corporativos o la duración del programa.

No obstante, el miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) Ewald Nowotny envió un mensaje de calma respecto al programa de compra de bonos: «Uno no debería emocionarse demasiado por ello», dijo. Nowotny advirtió, asimismo, de la necesidad de vigilar de cerca la evolución de las tasas de inflación.

Otro aspecto destacable de la reunión es que el BCE estrena el nuevo sistema de rotación de votos en el Consejo por la entrada de Lituania en el euro, que hará que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, no tenga derecho a voto en la primera reunión de política monetaria de 2015.