El Consejo de Ministros aprobará este jueves el nuevo cuadro macroeconómico con unas previsiones mucho más optimistas para la economía española, que incluirán un incremento del PIB del 2,9% para este año y el próximo, y una tasa de paro que se irá moderando progresivamente hasta acercarse al 20% en 2016.

Tal y como avanzó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un desayuno informativo organizado por Europa Press, el PIB crecerá un 2,9% este año y registrará una cifra similar en 2016. Esta cifra está en la media del consenso, puesto que casi todos los organismos han mejorado últimamente las previsiones de España y algunos llegan incluso a plantear un aumento del PIB del 3% para este año, como es el caso de Funcas, uno de los más optimistas.

En el lado contrario está la Comisión Europea, que actualizó por última vez sus cifras en el mes de febrero y mantiene, desde entonces, que España crecerá un 2,3% este año y un 2,5% en 2016. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, espera un incremento del PIB del 2,5% en 2015 y del 2% en 2016, y el Banco de España apunta a un 2,8% para este año y al 2,5% en 2016.

En lo que sí coinciden casi todos los analistas es en que el crecimiento cogerá fuerza este año, pero irá perdiendo pulso en 2016, con la progresiva desaparición de los vientos de cola que están favoreciendo a la economía española, como el bajo nivel del precio del petróleo. En cambio, el Gobierno sostiene que el PIB mantendrá el mismo impulso que en 2015.

El Ejecutivo también mejorará las cifras de empleo, puesto que ahora espera que la economía sea capaz de crear más de medio millón de empleos sólo en 2015, lo que generaría más de un millón de puestos de trabajo entre 2014 y 2015. Igualmente, confía en llegar a los 20 millones de empleados en la próxima legislatura.

El último cuadro macroeconómico apuntaba a una tasa de paro del 22,9% este año y del 21,7% para 2016, cifras que previsiblemente se mejorarán este jueves, tal y como han hecho otros organismos. El Banco de España, por ejemplo, cree que el paro bajará al 22,2% este año y al 20,9% el año que viene.

PROGRAMA DE ESTABILIDAD

Por otro lado, el Gobierno aprobará la actualización del programa de estabilidad, con los objetivos de déficit para los próximos tres años. El año 2014 se cerró con un saldo negativo de 60.147 millones, el 5,68% del PIB.

Aunque la cifra se quedó por debajo del objetivo impuesto por Bruselas (5,8%), superó ligeramente el que se había fijado el Gobierno para ser un poco más ambicioso y dada la mejora de la situación económica (5,5%).

En el programa actual figura un déficit del 4,2% para 2015, del 2,8% para 2016 y del 1,1% para 2017. De esta forma, España cumpliría con el pacto de estabilidad y crecimiento el año que viene, al dejar el saldo negativo de las cuentas por debajo del 3%. En 2017, sólo la Administración Central seguiría en déficit, el resto de niveles de administración habría saneado ya sus cuentas.

La deuda, por su parte, acabó el año en el 97,7% del PIB, casi dos puntos por debajo del objetivo que inicialmente se fijó el Gobierno en el programa, que rozaba ya el 100% del PIB (99,5%). Según las previsiones oficiales, la deuda seguirá subiendo en 2015 y se estabilizará en 2016 para empezar a bajar posteriormente.

PLAN NACIONAL DE REFORMAS

Finalmente, el Gobierno aprobará también la actualización del plan nacional de reformas, que tiene que enviar a Bruselas antes del 30 de abril. En dicho plan, repasará los principales cambios estructurales que ha puesto en marcha estos años y las líneas generales de los siguientes ejercicios y del Presupuesto del año que viene.

Aunque ya están casi todas las reformas en marcha, sigue pendiente la de la financiación autonómica, una modificación legal que las comunidades reclaman al Ejecutivo desde hace tiempo y que el Gobierno ha preferido dejar para después de las elecciones municipales.

Junto a esta reforma el Gobierno planteará la segunda vuelta de la reforma fiscal, con cambios en los impuestos más autonómicos. De hecho, los planes iniciales del Ejecutivo contemplan un incremento de los impuestos medioambientales, especiales y otros indirectos.