La Sareb, conocida como el banco malo, ha perdido más de 2.700 millones por la contratación de una cobertura sobre tipos de interés, un derivado que ha funcionado como una especie de cláusula suelo gigante que le ha impedido beneficiarse plenamente de la bajada de los tipos. La contratación de un derivado financiero para la cobertura de tipos (swap) ha impedido a la Sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb) ahorrar, tal como tenía previsto, un total de 6.150 millones en costes financieros, debido a que no pudo beneficiarse de la caída del euríbor, índice al que estaba referenciado. Debido al citado contrato, solo consiguió un ahorro de 3.400 millones en costes financieros, por lo que la diferencia con la estimación de 6.150 millones es de 2.750 millones, una cifra que se refleja en el pasivo de la sociedad y que no afecta a los resultados de Sareb.

Según consta en el Informe Anual de 2014 de la sociedad, «los activos financieros representan la parte mayoritaria de la cartera de Sareb», por lo que la gestión del riesgo de crédito «es la clave para garantizar el cumplimiento del objetivo de desinversión». Así, y dado el volumen de los bonos que emitió la sociedad para comprar los activos en un momento en que la presidía Belén Romana y con el fin de reducir la elevada exposición, el llamado banco malo modificó el perfil variable del pasivo por una estructura con referencia fija sustitutiva del euríbor para más del 80 % de la deuda y contrató en agosto de 2013 nueve swap consecutivos a un año a un tipo fijo del 1,586 %. Por ello, recibe a cambio el euríbor a tres meses, que es el índice de referencia de los bonos cubiertos. El nominal inicial de referencia de este derivado fue de 42.221 millones de euros.

En el momento del anuncio, el conocido como banco malo se congratuló de esta operación, que se erigía como una de las mayores coberturas de tipos de interés de la historia del euro. De hecho, desde su contratación hasta septiembre de 2013, cuando los tipos de interés aún no habían comenzado a bajar, el derivado tuvo un valor positivo de mercado de 800 millones de euros. Pero en 2014 la situación cambió y los tipos iniciaron su descenso por debajo del tipo fijo del 1,586%, por lo que el derivado sufrió un impacto negativo de 2.710 millones.