La muerte es triste e inevitable, pero también es un negocio y las empresas que giran en torno a este mercado en apariencia imbatible luchan pese a todo por su supervivencia, como el resto de los mortales. En tiempos en que las tecnologías y la conciencia ecológica lo impregnan todo, el sector funerario no quiere perder el tren del progreso. Funermostra, inaugurada ayer en Feria Valencia con 139 expositores, es una prueba viviente de cómo la innovación ha invadido el más allá. Puede ser un filtro con carbón activo que elimina los gases en los féretros con cadáveres que deben ser trasladados a largas distancias. Los habituales son de PVC y no se pueden incinerar, lo que obliga a abrir el ataúd para sacarlo, con el consiguiente riesgo de infección para el operario. Limbo ha patentado un filtro hecho con cáscara de patata que puede quemarse sin contaminar.

Resistible exhibe un novedoso ataúd hecho con cartón y madera que tiene como signo distintivo que la tapa puede utilizarse a modo de pizarra durante el velatorio para escribir o dibujar dedicatorias. Es lo que amigos y famimliares hicieron sobre el féretro de Tignous, uno de los caricaturistas de la revista francesa Charlie Hebdo asesinados en atentado terrorista el pasado enero.

En una época en la que cada vez son más habituales las cremaciones, las urnas funerarias son objeto de innumerables novedades. Inzein propone una realizada a partir del maíz que se descompone al ser enterrada y se mantiene tal cual en el columbario. Solo vale 9,95 euros. Sortem expone urnas divisibles que van unidas por imanes y permiten repartir las cenizas. Funeral Products exhibe pequeñas piedras de cerámica para guardar una parte de los restos incinerados del difunto; una urna «pluvial» que filtra el agua de lluvia y va canalizando hacia la tierra las cenizas en un proceso que dura ocho años; mariposas de madera cuyo cuerpo actúa de urna y que pueden colocarse en los balcones; una urna que incluye una planta, una vela y una foto del fallecido y urnas para caballos de carreras de élite que alcanzan los 900 euros y están siendo muy demandadas en Irlanda. Por último, Omneo ha patentado un objeto decorativo elaborado a partir de la compactación de las cenizas del fallecido que permite, a través del móvil, acceder a fotos y videos del difunto.