Ignacio Jiménez de Laiglesia, pese a los problemas de su empresa, sigue en la actualidad con su trabajo como consultor inmobiliario, concretamente «trabajo para fondos de inversión estadounidenses del sector inmobiliario» en busca de oportunidades de inversión, sobre todo en Madrid, donde el mercado está en plena expansión, a diferencia de lo que sucede en Valencia.

La inversión en los amarres del Club Náutico estuvo a punto, a finales de 2013, de provocarle la pérdida de su casa en la capital autonómica, que había hipotecado para hacer frente a la mencionada operación. «In extremis» lo evitó, recordaba ayer el empresario valenciano, quien añadía que «se aprende de los errores». j. c. valencia