El director del Instituto Tecnológico de la Óptica, Color e Imagen (Aido), Emilio Pérez, solicitó ayer voluntariamente «la suspensión temporal sine die de todas sus funciones directivas», petición que fue aceptada por la comisión permanente, según informó el propio centro.
La decisión del directivo obedece, según fuetes cercanas al centro, de su convicción en su inocencia y en el que hecho de que una dimisión voluntaria implicaría la pérdida de todos los derechos adquiridos desde que en 1999 se hizo cago de la gerencia del instituto.
Pérez ha optado así por apartarse del cargo y cumplir con la orden judicial cautelar que le impide comunicarse ni acercarse a su empresa pero de forma «temporal», a la espera de ver cómo evoluciona la causa judicial.
El consejo rector de Aido, en el que figuran empresarios y secretario autonómico de Industria, José Monzonís, entre otros, tiene previsto reunirse el lunes para analizar la situación del centro y el impacto que puede tener en su funcionamiento la investigación judicial. Todo indica que la causa va para largo, pues Anticorrupción quiere revisar el uso de las ayudas públicas en proyectos de I+D+i de los últimos diez años.
La plantilla de Aido sigue estupefacta por el alcance de la investigación. En el entorno de Aido ha quien considera «desproporcionada» la acción policial y cuestiona que Pérez tuviera que pasar la noche en comisaría. «¿Qué pensaban, que se iba fugar a Suiza?», ironizaban.
