El Gobierno y el Banco de España reaccionaron ayer de forma discrepante respecto de las últimas recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió el lunes una subida del IVA, el copago en sanidad y educación en las autonomías y un contrato laboral único. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, insitió en que el Ejecutivo no tiene previsto aprobar subidas de impuestos y aseguró que los ciudadanos han hecho ya «un esfuerzo importante durante la crisis». El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, equiparó el contrato único al «café para todos», que no daría respuesta a las necesidades del mercado laboral. Asimismo, afirmó que el Gobierno «escucha con atención» los análisis y las recetas para España del FMI, pero acto seguido aclaró que el Gobierno «tiene su propia hoja de ruta».

No comparte estos puntos de vista el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, quien consideró ayer que el informe del FMI está «en general bien orientado» y confirma que «aún» hay «muchas cosas» por hacer.