La decisión de aparcar la reforma de Cierval hasta 2016 o más adelante es meramente táctica, dado que las fuentes empresariales consultadas coinciden en que la organización precisa un rediseño para adecuarla a los nuevos tiempos. La Ley de Participación Institucional supone un seguro de vida por los ingresos que garantiza, pero hay otras cuestiones que impulsan la necesidad de una modificación de estatutos.
La provincial de Valencia CEV es la más beligerante con los cambios y la que apuesta por una renovación más radical. Quiere superar el 50 % de la asamblea „ahora tiene el 41 %„ sin tener más participación en los ingresos. Aquí el escollo fundamental es Castelló, que perdería peso y, seguramente Alicante. También es complicada su pretensión de unificar sedes y presidencia en la propia CEV, una idea que el dinero de la participación institucional tal vez anule definitivamente. Pero hay otras propuestas encima de la mesa. Una de ellas, también de la provincial de Valencia expresada, como la primera, por su presidente, Salvador Navarro, en la última asamblea, pasa por dar mayor peso en la autonómica a las federaciones sectoriales cuyo ámbito es toda la Comunitat Valenciana. Fuentes de la organización consultadas por este diario añadieron otras cuestiones que deben ser modificadas y en las que, con toda probabilidad, no habrá discrepancias entre las provinciales. Se trata, entre otras, de crear un código ético interno o de establecer la limitación de mandatos del presidente.
