Hubo un tiempo en que pocos de los grandes negocios inmobiliarios de la Comunitat Valenciana se ejecutaban sin haber pasado por el despacho de Domingo Parra. El banquero fraguaba operaciones millonarias y pelotazos en una amplia sala noble de la sede del Banco de Valencia en la calle Barcas en la que organizaba almuerzos con los inversores. Muchos de los que amasaron fortunas con el crédito fácil del banco y los generosos dividendos del banco le achacan haber hundido la entidad y el valor de sus acciones, con la consiguiente pérdida para los propietarios. Parra es hoy un apestado en la «city» financiera y empresarial valenciana.

Domingo Parra ocupaba ahora su tiempo tratando de poner en marcha negocios o como consultor. Tras ser apartado del cargo de consejero delegado en 2011, abrió un pequeño despacho profesional en la calle Comedias de Valencia. Pero más que reorientar su carrera profesional tras el fiasco del banco ha dedicado básicamente sus esfuerzos a preparar la defensa en las numerosas causas en las que figura como imputado tras las denuncias del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria ante la Audiencia Nacional, la misma instancia que ayer ordenó la detención de quien durante diecisiete años gestionó el único banco de raíz valenciana que operaba en la Comunitat Valenciana.

Afianza el poder en 1995

Domingo Parra asumió el cargo de consejero delegado de la entidad en 1994, cuando Bancaja se hizo con el control de la entidad tras comprar el 24 % al Banco Central. Aterrizó desde Bancaja, donde llegó a su vez en los años ochenta junto a otros ejecutivos como Aurelio Izquierdo (también detenido ayer) o Fernando García Checa.

Tras la llegada del PP al poder autonómico en 1995, Parra afianzó su poder en el Banco de Valencia. Hubo una época en la que su nombre sonaba como relevo de grandes ejecutivos de la banca española. La llegada de José Luis Olivas a la presidencia de Bancaja y del banco tampoco le apartó del cargo de consejero delegado. Cabalgó a lomos de la burbuja inmobiliaria a galope tendido, promoviendo incluso operaciones inmobiliarias en las que implicó al banco y a los empresarios valencianos que se embarcaban con él.

La financiación de las operaciones en el Caribe por las que ahora ha sido detenido son la punta del iceberg de las muchas operaciones que están bajo el radar de la Audiencia Nacional