La Generalitat presidida por Ximo Puig está decidida a contar con un brazo financiero propio, un banco público, en el que la SGR tendrá un papel relevante, según las fuentes de la conselleria de Hacienda consultadas por este diario. El problema previo es que el nuevo instrumento debe girar en torno al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y este se encuentra «partido» en dos por una decisión del Consell del PP, que mantuvo en esta entidad la capacidad para tomar dinero prestado pero cedió al Ivace de la conselleria de Economía la función de dar créditos a las empresas. Es una cuestión clave que tienen que negociar los dos socios de gobierno, dado que Hacienda corresponde a los socialistas y Economía, a Compromís.
Si hay consenso y la misión cedida al Ivace se reintegra en el IVF, la SGR, en la que la Generalitat, tiene cerca del 50 % del capital, quedaría bajo el paraguas del instituto y se convertiría en su instrumento para la concesión de avales a las pymes, siempre compartiendo los criterios en los análisis del riesgo a asumir a la hora de financiar a las empresas. También habrá una mayor vinculación con el equipo directivo de la sociedad avalista. De momento, Hacienda está buscando a la persona idónea para ocupar la presidencia de la SGR, dada la reciente dimisión de Dolores Font, quien ocupaba el cargo desde 2012, según las citadas fuentes. La intención del mencionado departamento de la Generalitat es que el futuro banco público se convierta en una herramienta esencial para desarrollar las diversas políticas, como la industrial o la turística, que pretende impulsar el nuevo Consell.
