El Open de Tenis que desde 2009 acoge la Ciudad de las Artes y las Ciencias va camino de ser otra nueva víctima de las deficiencias del Ágora. La Conselleria de Hacienda, de la que actualmente depende la supervisión de la sociedad pública, ha advertido a los organizadores que el recinto donde se celebraba hasta ahora el torneo no reúne las condiciones necesarias de seguridad y los ha remitido a la Dirección General de Deportes para que negocien alternativas.

Las razones del veto, que se ha producido a apenas tres meses de la fecha de inicio del Open (final de octubre), son las mismas que han propiciado el retraso en la entrega del inmueble al concesionario Avanqua para que se haga cargo de su explotación. Un informe encargado por la concesionaria participada por Aguas de Valencia ha confirmado los desperfectos y problemas de estanqueidad derivados del hecho de que la obra esté todavía sin terminar y por razones de falta de mantenimiento.

Desde la Dirección General de Deportes de la Conselleria de Cultura confirmaron ayer que el Open no podrá tener lugar en el Ágora, aunque aseguraron que el torneo «se celebrará en la ciudad de Valencia con total confirmación». «En estos momentos se está buscando un espacio "indoor" adecuado», señalaron.

El veto no ha sentado nada bien a los organizadores. El tenista Juan Carlos Ferrero, que posee el 50 % del torneo junto con su colega David Ferrer, también valenciano, señaló ayer a Levante-EMV que el Consell no le ha ofrecido todavía ninguna alternativa y recordó que el contrato especifica claramente que el Open tiene que celebrarse en el Ágora. «Vamos a pelear para que sea así», dijo Ferrero.

El Valencia Open ya ha tenido que rebajar su categoría de 500 a 250 dentro de la clasificación de la ATP tras llegar a un acuerdo de cesión con Viena para poder afrontar sus problemas económicos. La organización arrancó al anterior expresidente del Consell, Alberto Fabra, una ayuda de 1,5 millones anuales en 2015 y 2016.

Son pocos los recintos en Valencia que puedan acoger un torneo «indoor» como el Valencia Open. Sólo Feria Valencia o el pabellón de la Fonteta se perfilan como alternativas. El director general de Deportes, Josep Miquel Moya, es el encargado de negociar una salida con la organización de la competición de tenis.

Sobre los problemas en el Ágora, la vicepresidenta y portavoz del Consell, Mònica Oltra, advirtió ayer a Santiago Calatrava que si mantiene una posición exigente sobre la finalización y reparación del edificio «lo que se va a encontrar es que quienes le vamos a reclamar somos los valencianos, que hemos pagado muchos millones de euros para tener tantos problemas en estos edificios».

Oltra reconoció que «obviamente» quieren que el edificio «se pueda usar porque ahora está inhabilitado porque no es seguro, porque se cae el trencadís, porque por la cubierta entra agua y la puerta se rompe cada vez que se meten 6.000 personas dentro y hay una diferencia térmica entre interior y exterior». Según la vicepresidenta, se trata de deficiencias» de las que el arquitecto «tiene mucha responsabilidad».

Tal como publicó este diario el martes, Calatrava y la UTE trabajan en reparar las planchas de acero que sirven de soporte al trencadís de la fachada tras advertir del arquitecto en julio de riesgo «inminente» de desprendimiento.