«Lo sucedido ayer es difícil de explicar. Desde el punto de vista fundamental es evidente que una ralentización mayor de la esperada en China es negativa, pero no explica de por sí el pánico vivido ayer». Así definía ayer López-Gálvez, analista de Self Bank, el desplome generalizado de las bolsas europeas en un lunes negro, arrastradas por el nuevo derrumbe de los mercados asiáticos. La peor jornada en los parqués europeos desde 2011, cuando el temor a una nueva recesión arrastró a los parqués internacionales.

En España, el Ibex 35 perdió un 5,01 %, la mayor caída desde agosto de 2012, y se ha situado en niveles de principios de enero al bajar a 9.700 puntos. Con la prima de riesgo en 144 puntos básicos, el índice de referencia del mercado nacional descendió 515,10 puntos, equivalentes al 5,01 %, hasta los 9.756,60. Las pérdidas anuales se incrementan hasta el 5,09%.

En algunas plazas europeas las caídas fueron aún mayores, como ocurrió en Milán, con un desplome del 5,96 %; Lisboa, con un 5,8 %; y París, con un 5,35 %. El parqué de Fráncfort registró una caída del 4,7 %;Londres, del 4,67 % y Zurich, del 3,75 %.

Las bolsas europeas comenzaron la jornada con pérdidas que rondaban el 3 % y que seguían a los descensos de Wall Street el viernes (este día se conoció que la actividad industrial china se había contraído en agosto y se situaba en niveles de casi siete años atrás). También en esa jornada se había publicado el empeoramiento del desempeño fabril estadounidense y el parqué neoyorquino cerró con un descenso superior al 3 % que se contagió a las plazas asiáticas en la madrugada del lunes. Así, las bolsas asiáticas se desplomaban: Shanghái, el 8,5 %, el mayor descenso en ocho años; Hong Kong, el 5,2 %, el segundo mayor retroceso del año, y Tokio, el 4,6 %, la mayor bajada desde mayo de 2013.

La última medida china para aumentar la liquidez de los mercados financieros, la de permitir a los fondos de pensiones invertir en bolsa hasta el 30 % de sus activos, no servía para frenar el desplome.

Los inversores respondían así a la debilidad de la economía china, de las empresas exportadoras y de las materias primas. «Las dudas sobre la segunda economía mundial están haciendo estragos en los mercados de las materias primas, ya que el país asiático es el primer importador mundial de crudo, así como de otros materiales», señala López-Gálvez. De hecho, el barril de Brent descendía hasta cotizar a 42,5 dólares (precio de 2009) en la apertura de Wall Street.

Un poco antes del comienzo de la sesión de ayer del mercado neoyorquino, las bolsas del Viejo Continente registraban sus mayores pérdidas, alrededor del 7 %, perjudicadas por las negativas previsiones de arranque de las plazas estadounidenses.

Esto se fundamentaba en la decisión de las autoridades bursátiles del mercado de futuros estadounidense, que suspendían su negociación por superar las pérdidas la barrera del 5 %.

La revalorización del euro, que subía más del 3 % y se aproximaba a 1,17 dólares, también perjudicaba a los mercados europeos, aunque la mengua del descenso neoyorquino, poco más del 1 % a esta hora, servía para que se moderara la bajada.