La pugna que libran las conselleries de Economía y Hacienda por el control del banco público y las competencias de la concesión de créditos al tejido productivo está generando inquietud entre los destinatarios de los programas.

Fuentes empresariales alertaban ayer de que la gestión de líneas de financiación está paralizada desde que se produjo el cambio de Gobierno autonómico tras el 24 de mayo y sigue sin desatascarse como consecuencia de la incertidumbre en torno a las competencias en la materia. «Hemos solicitado una reunión con el conseller para agilizar las cosas porque hay líneas de préstamos que han funcionado bien y queremos que continúen», señalaba ayer el responsable de una entidad dedicada a seleccionar proyectos de emprendedores para inversores. «De momento está todo parado», añadió.

Para las empresas o entidades que han solicitado incentivos es importante conocer si va a recibirlos porque en muchos casos son programas que implican una coinversión privada. Además, algunas líneas conllevan iniciar la ejecución antes de que acabe el año para poder acogerse a ellas.

Los departamentos que dirigen Rafael Climent y Vicent Soler seguían sin cerrar ayer un acuerdo. Está previsto que hoy Economía conteste a la propuesta de Hacienda de rescatar para el IVF las competencias de concesión de crédito con el fin de poder configurar el banco público previsto en el Acuerdo del Botánico, pero dejando en manos de la Dirección general de Economía Sostenible que dirige Francisco Álvarez un fondo de cinco millones destinado a habilitar líneas de incentivos a pymes y emprendedores.

Sin embargo, esto no parece haber sido suficiente para Álvarez, el fichaje estrella de Climent, que está tensionando la negociación con el deseo de que el banco público cuelgue orgánicamente de Economía y tener él el control. La negativa de Hacienda a guardar en el cajón su proyecto para el Instituto Valenciano de Finanzas podría llevar hoy a Climent a reclamar una especie de codirección.