El conseller de Economía, Rafael Climent, afirmó ayer que es «una realidad que no se han hecho las cosas bien» en Feria Valencia. Climent recordó que la deuda de esta institución es de 700 millones de euros, que se elevan a 1.000 con intereses hasta 2027, cantidad de la que se tendrá que hacer cargo la Generalitat Valenciana. Por tanto, el conseller —que se reunirá el próximo jueves con José Vicente González, el presidente de esta institución—, afirmó que Feria Valencia «es una carga».

No obstante, el encargado de Economia matizó que los empresarios «piensan que puede ser útil» por lo que el Consell está «en la obligación de hacerla rentable, pero si aportamos dinero, tendremos que controlar lo que se hace», agregó el Conseller.

Por otro lado, el ex alcalde de Muro (1999-2015) por el Bloc y Compromís, anunció que la nueva política de reindustrialización tendrá en cuenta las particularidades de cada territorio, su tejido productivo tradicional, por lo que «no se podrá desarrollar exclusivamente desde la capital valenciana».

«No tenemos un sector primario y de transformación que sea potente, y quizá por eso estamos más expuestos a la crisis cíclicas», explicó Climent, quien añadió que «no hay alternativa a la reindustrialización».

No obstante, a pesar de esta claridad, el conseller también advirtió que en una legislatura «no se hace efectivo un cambio de modelo productivo, quizá harán falta 30 años, pero si no empezamos a marcar las pautas no cambiará nada».

Para Climent, el objetivo «número uno» es el empleo estable y de calidad, algo que «sólo se conseguirá mediante un sistema productivo potente», afirmó.

Así, desde la Mesa de la Reindustrialización que planea la Conselleria de Economía se citará a representantes de los principales tejidos productivos de las comarcas valencianas, desde la industria del zapato de Elche y Torrellano al azulejo de Villarreal, pasando por el textil de l'Alcoià-Comtat, explicó el conseller.

El titular de Economía afirmó conocer «la realidad en la que nos movemos, lejos de la política ficción», que es que la pequeña y mediana empresa, la que tiene menos de diez empleados, representa el 88 % del total. El conseller se mostró convencido de que las Pymes son las que dan vida a la ciudad, dinamizan y favorecen la convivencia.

«No estamos en contra de lo grande, pero se ha de hacer política desde abajo, consolidar lo tradicional y aportar valor añadido, tecnología e investigación", añadió.

En este sentido, Climent señala como claves la mejora de la competitividad y el «reto de la sostenibilidad en sus tres vertientes: la rentabilidad económica, el retorno social y el respeto por el medio ambiente». Además, el conseller también mostró su intención de «empezar a hablar de la coopetitividad (competitividad desde la cooperación), porque hay muchas empresas que si tuvieran capacidad de trabajar juntos podrían ser muy competitivas en cualquier mercado", explicó.

En materia de paro, por un lado el conseller rechaza plantear un objetivo concreto de creación de empleo y apunta que «una de las primeras acciones será volver a los pactos por el empleo», aunque advierte que no le gusta el «café para todos» que a su juicio han supuesto hasta la fecha los cursos de formación. Es por esto por lo que «hay que singularizar el problema en cada territorio, y si es necesario habrá 9 o 10 pactos diferentes».

Por otro lado, anunció cambios en el Servef, ya que hay que cambiar «incluso el nombre, darle la vuelta como a un calcetín», tanto en el modelo como en las formas, para propiciar el contacto directo entre quien reclama y ofrece empleo», apuntó.

«Vicent Soler y yo tenemos una excelente relación»

En relación a la polémica surgida en torno a las competencias del IVF (que finalmente gestionará Hacienda) y el IVACE, Climent resume: «se ha escrito más de lo que ha pasado. Soler y yo tenemos una excelente relación y tenemos claro por qué estamos aquí, no es para colgarnos medallas».

Además, añade que el asunto «no se cerró en el pacto del Botánico, quizás deberíamos haber esperado que se discutiese en este ámbito».