La Comunitat Valenciana está mucho mejor que al iniciarse la última década del siglo pasado, pero no todo lo bien que debería estar ahora que han pasado 25 años. La renta per cápita autonómica ha aumentado un 27 % desde 1990, pero en estos cinco lustros el PIB por habitante no ha convergido al mayor nivel de España, sino que se ha alejado, hasta el punto de que en la actualidad se encuentra a once puntos de distancia. Los excesos del sector inmobiliario, los bajos niveles de productividad y la infrafinanciación explican en buena medida esa dinámica, según aseguraron ayer Francisco Pérez y Joaquín Maudos, director y director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), durante la presentación de un informe con motivo del 25 aniversario de la fundación de este centro de estudios.

En ese período, la agricultura y la industria „1, 6 y 8,3 puntos porcentuales en cada caso„ han perdido peso respecto a 1990, si bien el sector secundario se ha recuperado levemente desde el inicio de la recesión, mientras que la construcción, que llegó a representar un 13 % del PIB en 2008, al comenzar la crisis, ha caído en 2014 al 6,3 %, 1,6 puntos menos que hace dos décadas y media. Los servicios han salido triunfadores y ya representan casi tres cuartos de la economía valenciana.

Esta evolución sectorial se ha producido a la par que persistía uno de los males endémicos de la economía valenciana: la baja productividad. Y es que, a pesar de la mejora del capital humano por el incremento en la formación universitaria, sobre todo, la Comunitat Valenciana se ha mantenido en estos 25 años siempre por debajo en niveles de productividad respecto a España. De hecho, la distancia se ha ampliado en este período al situarse en el 91 % de la media, es decir nueve puntos por debajo, cuando en 1991 estaba solo cuatro.

Sector público

El informe dedica un apartado especial al sector público valenciano, que queda retratado como mucho menos potente que el del conjunto de España. Así, el número de empleados por habitante en la autonomía es casi un 20 % inferior que en el Estado. Idéntico porcentaje ilustra la distancia respecto a las dotaciones de capital público „infraestructuras y equipamientos„ españolas, la mayor diferencia desde 1990. Además, el gasto por habitante en los servicios públicos „en una autonomía donde la población ha crecido nueve puntos porcentuales más que la española„ es un 17 % inferior a la media, lo que confirma una menor capacidad de la Generalitat que el resto de gobiernos autonómicos.

Pérez y Maudos aseguraron al respecto que la causa fundamental del menor nivel de gasto son los recursos que recibe del modelo de financiación, que en 2013 eran un 7,5 % inferiores a la media. Esa insuficiencia de ingresos, agravada durante la crisis, representa un lastre para la recuperación y se encuentra detrás del hecho de que la Comunitat Valenciana, con un 40,3 % del PIB, sea la autonomía española más endeudada.