El veto impuesto por el Ejecutivo de Estados Unidos a las importaciones de mandarinas de Marruecos „según reconoció ayer la Oficina Nacional de Seguridad Alimentaria de Marruecos (ONSA)„ tras detectar la presencias de larvas de Ceratitis capitata (conocida como mosca del Mediterráneo) en un cargamento de cítricos, abre las puertas al incremento de los envíos de frutas procedentes de la Comunitat Valenciana. El cierre de fronteras que han impuesto las autoridades norteamericanas al sector naranjero marroquí paralizará, casi con toda seguridad, la campaña 2015/2016 a pesar de la situación de privilegio del Reino alauita con EE UU al contar con un Tratado de Libre Comercio.
El responsable de la sectorial de Frutas y Hortalizas de Cooperativas Agroalimentarias de España, Cirilo Arnandis, reconoce que la citada suspensión «puede abrir las puertas al sector citrícola valenciano en esta segunda fase de la campaña citrícola, en la que arrancan los envíos de las variedades más tardías». En ese sentido, sostiene que los operadores de mercados deberían aprovechar el veto de EE UU a Marruecos para incrementar las exportaciones tras concluir los envíos de las principales variedades de clementinas importadas por los americanos (marisol y nulera).
Según los últimos datos de la dirección territorial de Comercio Exterior (Soivre-Valencia), las exportaciones españolas de cítricos a Estados Unidos se elevaron a 24.230 toneladas hasta el pasado 16 de enero, lo que representa un 30 % menos que en idéntico período de tiempo de 2015. Según Arnandis, «el parón de ventas de Marruecos hacia Estados Unidos debería ser aprovechado y convertirse en una oportunidad para crecer en aquel mercado, que ha disminuido durante los últimos años y no parece recuperarse desde el veto que sufrió España, hace algo más una década».
Un mercado para recuperar
Desde entonces, España queda lejos de los volúmenes que exportaba. Antes del mencionado veto a España, llegaron a enviarse hasta 80.000 toneladas por temporada, un volumen que se ha reducido notablemente en estos últimos tiempos. Marruecos es uno de los principales competidores españoles en el mercado estadounidense y, desde el verano de 2014, también se ha aprovechado de la prohibición de Rusia a los alimentos de la Unión Europea para aumentar allí sus partidas de cítricos, si bien no han sido las esperadas por la devaluación del rublo y el desplome del consumo en la nación de Putin.
Pese al veto a Marruecos, las autoridades del país vecino del norte de África aseguraron ayer a través de un comunicado que pondrán en marcha «medidas adicionales de control para evitar episodios como éste, que no se producían desde 1991». La Oficina Nacional de Seguridad Alimentaria de Marruecos ha explicado a sus interlocutores en EE UU que no ha detectado «ninguna transgresión a los protocolos de control» establecidos tanto en Marruecos como en EE UU, pese a lo cual establecerá medidas suplementarias de control en los campos de cítricos.
Los exigentes controles fitosanitarios que impone en origen Estados Unidos también han conllevado la reciente prohibición de entrada de pimientos españoles tras detectar partidas con mosca del Mediterráneo.
