La patronal autonómica Cierval encontró ayer un camino para su supervivencia que implica una revolución interna histórica si se consuma en los términos planteados, porque supondrá dar el paso definitivo a convertirse en una auténtica organización territorial en lugar de lo que es ahora: la suma de tres provinciales. Tras presentar concurso de acreedores la alicantina Coepa, que le adeuda por impago de cuotas 476.267 euros, y crecer los problemas en la castellonense CEC, que le debe otros 212.610 euros por el mismo concepto, Cierval corría un serio riesgo de tener que suspender pagos. No será así. El presidente de la organización, José Vicente González, explicó ayer al comité ejecutivo que la liquidación provisional del presupuesto de 2015 arroja un resultado prácticamente equilibrado, que las provisiones por las deudas de sus asociadas «no afectan a la tesorería» porque el patrimonio continuará en positivo cuando se doten esos cerca de 700.000 euros y que, en consecuencia «no es necesario iniciar ningún proceso concursal».
Ahora bien, aunque Cierval pueda superar esta tesitura, lo cierto es que no tiene mimbres suficientes, en las actuales circunstancias, para financiarse de forma regular en el futuro. Dicho de otro modo, las organizaciones de Alicante y Castelló, en el supuesto de que sobrevivan a sus respectivos problemas „y en el caso de la primera no parece fácil„ no están en disposición de «sostener» a la autonómica, cuyo sustento, hasta ahora, ha procedido de la provincial de Valencia, la CEV, que ha conseguido sanear su organización y ha emprendido una campaña por lograr la independencia económica a través de la captación de más socios, singularmente empresas.
Esta fórmula impulsada por su presidente, Salvador Navarro, es la que se pretende implantar para garantizar la supervivencia de Cierval. Así las cosas, González propuso ayer iniciar de inmediato el debate sobre la modificación de estatutos de la patronal autonómica „iniciado hace año y medio y demorado por la negociación de la ley de participación institucional„ «con el objetivo de hacer factible que las asociaciones sectoriales y las empresas de toda la Comunitat Valenciana que así lo deseen puedan adherirse directamente a Cierval y contribuir a su mantenimiento, cuestión que no pueden garantizar en estos momentos las confederaciones provinciales fundadoras», según el comunicado hecho público ayer. González indicó después a este diario que ese debate «se va a iniciar ya» con el propósito de presentar una propuesta de cara a la asamblea que Cierval celebrará antes del verano.
La entrada de sectoriales y empresas directamente asociadas supone en la práctica reducir el peso de las provinciales en la asamblea, especialmente de las de Castelló y Alicante, dados sus problemas financieros. González aseguró que la organización va a trabajar «para intentar contentar a todos». La tarea será difícil. De hecho, dirigentes empresariales alicantinos ya hablaban tras la reunión de un modelo diametralmente distinto al propuesto, es decir, reducir la estructura de Cierval en lugar de potenciarla, que es el rediseño por el que aboga la valenciana CEV. No obstante, fuentes empresariales de Valencia consultadas por este diario aseguraron que, si bien la intención es actuar con mano izquierda para lograr una reforma integradora, «la finezza tendrá un límite».
Como en la CEV, todo indica que se establecerá un cupo para las empresas de tal forma que su poderío económico no se corresponda con el mismo peso en vocales en la asamblea.
