El futuro de la patronal autonómica Cierval cada vez más pende de un hilo, que podría quebrarse en breve si los dirigentes empresariales de Castelló (CEC) y Alicante (Coepa) mantienen su rechazo frontal a una reforma de la organización que es indispensable para su supervivencia, en entredicho por los impagos de ambas provinciales y su más que difícil capacidad futura para seguir contribuyendo a las arcas de Cierval en caso de que no se haga una refundación. Tras varias semanas de negativas desde el norte y el sur y de constatar casi a diario ataques indisimulados hacia Valencia, el comité ejecutivo de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) abordó este asunto en su reunión del jueves y hubo coincidencia entre los asistentes en que, si Castelló y Alicante no se avienen a un acuerdo, la única salida para Cierval es que presente el concurso de acreedores para evitar males mayores y no demorar la constitución de una nueva autonómica fuerte y única.

No fue un acuerdo formal, entre otros motivos porque la próxima semana se inicia con dos reuniones de cierta trascendencia. El lunes tienen previsto un encuentro para abordar esta situación los presidentes de la CEV, Salvador Navarro, y de Cierval, José Vicente González, quien el miércoles ya se reunió con el líder de la CEC, José Roca, y constató que Castelló mantiene su postura contraria. Coepa está en concurso de acreedores y sus enormes deudas hacen difícil una salida airosa. La CEC también está en el desfiladero, con cuantiosos impagos, una investigación judicial por los cursos de formación y varios dirigentes en estampida ante el enroque de Roca y su secretario general, Rafael Montero.

Ambas organizaciones rechazan la propuesta de Valencia de una Cierval que absorba a la CEV, se nuclee en torno a las federaciones y las empresas y que mantenga estructuras mínimas en Alicante y Castelló. En Valencia sospechan que esa negativa tiene como objetivo principal que la autonómica suspenda pagos para quitarse de encima el foco público y tratar de hallar por esa vía una solución global. De hecho, las fuentes consultadas aseguran que una de las contraofertas realizadas desde el norte y el sur pasa por que la CEV se haga cargo del agujero de Cierval provocado por la CEC y Coepa, pero manteniendo el estatus actual. Un imposible.

El martes que viene está prevista otra reunión del comité ejecutivo de Cierval en el que se debe aprobar la liquidación de las cuentas de 2015. Castelló y Alicante se mostraron críticos con las mismas en el último encuentro. Está por ver qué harán ahora cuando se sometan a votación.

Si se mantiene el citado rechazo y dado que al menos se requiere el apoyo de Alicante para superar una reforma estatutaria en la asamblea, ¿qué sucederá?. La idea más extendida es que, a partir de la saneada CEV, que es la única que contribuye al sostenimiento de Cierval, y las federaciones se puede construir una nueva entidad autonómica, que por fuerza debería contar con los empresarios de Castelló y Alicante, pero no con sus actuales patronales. El concurso de acreedores de Cierval podría tener consecuencias para la CEV, dado que dispone del 41 % de la sociedad y tendría que responder por ese porcentaje. Ahora bien, las fuentes consultadas aseguran que la antigua suspensión de pagos también puede erigirse en un trampolín para el futuro, siempre y cuando en el proceso concursal se presente un proyecto viable por parte del administrador, al que difícilmente se podrían oponer la CEC y Coepa.