El Banco Popular ha confirmado este martes que va a realizar un ajuste que afectará a entre 2.900 y 3.000 empleados y supondrá el cierre de unas 300 oficinas, lo que comunicará hoy a la representación sindical en una reunión.

En una nota remitida este martes, la entidad añade que estos ajustes se enmarcan en la era digital y que están pensados para optimizar la red de oficinas, por lo que se reducirá la plantilla en aquellas que tengan menor rentabilidad por empleado y se limitarán los días de apertura en las localidades de menor tamaño.

El Popular también prevé informar a los sindicatos sobre sus planes para potenciar la operativa multicanal y sobre los cambios organizativos que tiene previstos para simplificar las estructuras territoriales de apoyo a la red comercial y los servicios corporativos.

Este proceso afectará a entre 2.900 y 3.000 empleados, dependiendo "de la aplicación definitiva de las medidas de optimización", añade el banco, que recuerda que tiene unos 1.700 empleados con 59 años o más.

La entidad que preside Ángel Ron pretende de esta forma mejorar la rentabilidad y la eficiencia de la entidad, a lo que se comprometió en el plan de negocio anunciado en la última ampliación de capital.

Además, el Banco está convencido de que con esta reestructuración logrará "modernizar" su estructura.

Fuentes sindicales consultadas por Efe creen que la entidad, para lograr los objetivos ya anunciados en su último plan de negocios, no necesita un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), sino solucionar un grave problema estructural, que es el exceso de 'ladrillo' en su balance.

Además, están preocupadas por las condiciones en las que saldrían de la entidad las personas afectadas, ya que aseguran que el banco tiene una cantidad de dinero "limitada" para este fin.

Ambas partes tienen previsto reunirse de nuevo el próximo viernes 23 y los sindicatos esperan que los representantes del banco sean más precisos sobre sus intenciones.