España, y la Comunitat Valenciana en particular, llevaban muchos meses sorteando el estancamiento del comercio internacional. El frenazo de la economía china, la falta de recursos de los productores de petróleo, el hundimiento de algunas economías emergentes o el estancamiento de países de la UE habían frenado en seco la compra-venta internacional de mercancías, pero los productos valencianos seguían en su liga. Desde ayer, sin embargo, la economía autonómica tiene que comenzar a plantearse el reto del parón en el tráfico de mercancías, un puntal para la C. Valenciana durante el largo ciclo de crisis doméstica.
Los datos del pasado mes de julio son un mazazo considerable. Las exportaciones se redujeron un 14,4% durante el mes de julio (2.332 millones). Lo hicieron por encima de la media española, donde el comercio cayó un 9,1%. La mayoría de comunidades autónomas exportadoras descendieron respecto al julio anterior, pero menos: Cataluña lo hizo un 5,1% y Madrid un 8,5%.
Esta reducción frena en seco un mercado exterior que, según los datos de la Cámara de Comercio, llevaba tres años batiendo récords mes a mes, con la única excepción de agosto de 2014 por el efecto del veto ruso.
No hubo sector que se librara de la caída el pasado julio. El mayor impacto se produjo en el automóvil, que aporta un 29% (680 millones) del montante total vendido al exterior, pero que esta vez redujo la factura en un 17,2%.
Ford, ciertamente, comenzó en el mes de julio a reducir su producción, una decisión tomada ante la bajada de expectativa de ventas en el mundo y que ha supuesto ajustes de plantilla y la reducción de dos horas de trabajo al día hasta fin de año. Se trata de una de las primeras multinacionales en anticiparse a lo que viene.
También cayó el sector de la alimentación un 11%, tanto en frutas y hortalizas (-16%) como en cítricos (-33%). Sectores tradicionales como el cerámico también cayeron: un 11,3% menos para quedarse en 211 millones. Lo mismo que el calzado (-28%); el textil (-2,5%); o los componentes del automóvil (-14%). Sólo los productos químicos mantuvieron el tipo, con un incremento del sector del 2,4%.
Reino Unido, a la baja tras el brexit
Del mismo modo, tampoco hubo mercado geográfico que se librara del frenazo: ni los principales clientes europeos como Alemania (-11,3%), Reino Unido (-27%), o Francia (-19,6%); ni el estadoundense (-32%) ni Oriente Medio (-17%) o norte de África (un 28% menos a Marruecos).
Habrá que ver en los próximos meses qué porcentaje de este retroceso es atribuible directamente al conflicto laboral que durante el mes de julio (y que aún colea) vivió el sector de la estiba, que tuvo un impacto directo en las cifras del puerto. Según la información facilitada por la APV, el colapso de las terminales por la falta de personal provocó el desvío de 42.000 contenedores en ese mes, casi un 12%, que acabaron en puertos como el de Barcelona (24% más ese mismo mes). El puerto es un canal principal en la salida de productos al comercio exterior. En torno a un 80% de las mercancías van por esa vía.
Caen las importaciones un 11 %
En todo caso, más allá del puerto de Valencia, el parón de las ventas es una realidad en toda España, con una caída del 9% y que afecta desde País Vasco a Andalucía pasando por Castilla y León. El retroceso también se ha producido en las importaciones, que cayeron un 12% en España. En la C. Valenciana, las compras al exterior cayeron en la misma medida, un 11,2%. Ni siquiera aguantaron el ritmo las compras a China (-4,5%), principal mercado al que acuden los valencianos.
Con estos datos, el superávit comercial típico de la economía valenciana se mantuvo, pero mucho más discreto. La tasa de cobertura se quedó en el 126,9%.
De momento, y ante la incertidumbre de cómo evolucionará el mercado el segundo semestre, el acumulado en los siete primeros meses es de un incremento en las exportaciones del 5%, por encima de la media estatal, que está estancada, y un balanza comercial de 3.400 millones, solo por detrás del País Vasco.
