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Análisis

La siguiente multa de Bruselas

España se arriesga a que las instituciones de la UE «congelen» una derrama de 1.325 millones de fondos europeos

España empezará el nuevo curso en Bruselas con un examen que tiene muy mala pinta. Entre la última semana de septiembre y la primera quincena de octubre, las instituciones de la UE analizarán si se congela la derrama de 1.325 millones de euros de fondos europeos correspondientes al año 2017.

Es la segunda entrega de las medidas disciplinarias a las que se enfrenta España por «la falta de acción efectiva» del Gobierno para cumplir con los objetivos de reducción del déficit público. En el primer envite, el país se salvó por la campana. Con arreglo al Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la relajación en las cuentas públicas en año electoral -2015 acabó con el déficit en el 5%-, pudo costarle a España una sanción superior a 2.000 millones de euros. El pasado julio, con la UE intentando digerir el «Brexit», la Comisión tomó la decisión de perdonarle la multa a España, como también hizo con Portugal.

Fue una amnistía in extremis. En Bruselas se cuenta que el Colegio de Comisarios votó a favor de multar, pero que su presidente, Jean-Claude Juncker, persuadió al comisario de Economía, el francés Pierre Moscovici, de dejar la sanción a cero, con el beneplácito de Alemania. La UE evitó el rigor y la mano dura para no amplificar y extender el descontento ciudadano con el proyecto europeo, del que están alimentándose los partidos separatistas y xenófobos en varios países. La Comisión procedió con España y con Portugal aplicando una laxitud análoga a la que también ha permitido a Francia e Italia disponer de una hoja de ruta más accesible para recomponer sus cuentas públicas.

A España se le perdonó la multa, pero queda una segunda parte del castigo: la posible congelación de los fondos estructurales, una decisión que afectaría al dinero europeo que el país recibe para infraestructuras, programas de empleo o desarrollo rural. El Gobierno en funciones lo tiene más cuesta arriba en este trance. Las posibilidades de que se actúe con mayor contundencia ahora que en julio son altas y una de las opciones que gana enteros es que los fondos serán efectivamente congelados al menos hasta que, mediado octubre, España presente su proyecto presupuestario para 2017 (siquiera la prórroga de los de 2016) y medidas de ajuste que persuadan a la Comisión de la voluntad de reconducir el déficit. En otro caso, ha dicho el ministro de Economía, Luis de Guindos, España se arriesgará además a otra multas en el futuro (hasta 5.000 millones de euros). La forma en que finalmente obrará la UE ante la grave crisis política española es, no obstante, tan difícil de precisar como la fecha en que el país tendrá nuevo Gobierno.

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