La querella presentada por la Generalitat contra la patronal alicantina Coepa es un duro golpe también para la autonómica Cierval, que cada día que pasa tiene más posibilidades de verse arrastrada al abismo por sus asociadas del sur y de Castelló. Las fuentes empresariales consultadas aseguran que las nuevas revelaciones sobre Coepa, con esos dos millones de euros supuestamente gastados en fines desconocidos y distintos para los que le fueron concedidos por la Generalitat, implican que la patronal alicantina, ya en concurso de acreedores, se va a ver irremediablemente obligada a la liquidación.
No es la gran noticia, porque hace meses que se baraja que ese será su fin. Ahora ya no quedan dudas. Aunque en este caso la Cierval no está implicada —a diferencia de lo que sucede con el caso de la formación de la castellonense CEC, dado que, como organización cúpula, fue la que recibió los dineros de la Generalitat mal gestionados por aquella— lo que parece evidente es que no va a ver nada de la elevada deuda que la Coepa tiene contraída con ella.
Si añadimos que la CEC está en preconcurso y también en los tribunales por la formación, la viabilidad de la autonómica solo depende del informe jurídico-económico encargado por la valenciana CEV para evaluar si suma su fusión con la Cierval. El informe se está elaborando en estos momentos y todo indica que no será favorable. Si la saneada CEV no absorbe a Cierval y enjuga las deudas de alicantinos y castellonenses —no lo hará si concluye el documento que se vería arrastrada por estas dos— Cierval tiene los días contados.
El informe, sin embargo, tiene otra derivada y es analizar el impacto que tendrá sobre la CEV una eventual liquidación de Cierval. La provincial de Valencia es una de las tres fundadoras de la autonómica y podría tener que hacer frente a sus deudas en la parte que le corresponde. En la asamblea, la CEV es titular del 41 % de los votos y ese podría ser el porcentaje que tuviera que asumir.
