­La familia de Francisco Corell (Valencia, 1953) está vinculada al mundo del transporte de productos petrolíferos desde el siglo XIX. La rama familiar de sus abuelos, con una planta de refinería de petróleo en el Grao, fletaba barcos desde el Golfo de México hasta el puerto de Valencia para suministrar hidrocarburos a hogares e incipientes industrias manufactureras españolas. Envuelto entre nomenclaturas y formulaciones de la tabla periódica de los elementos, este Licenciado en Ciencias Químicas por la Universitat de València, hombre culto y viajado, capaz de elaborar reglamentos de mercancías peligrosas, es hijo y nieto de una amplia saga de patronos vinculados con negocios industriales y del transporte. En Foios (l'Horta Nord) está la calle Francisco Corell. Es en honor a su bisabuelo.

«En las fábricas de papel, como la que tenía mi padre, hacían falta químicos. Por eso estudié esa carrera», explica con el paso de los años el principal ejecutivo y accionista de una de las mayores empresas del sector de la distribución de hidrocarburos en la Comunitat Valenciana. La actividad de transporte por carretera de graneles líquidos arrancaba tras la expropiación de plantas de hidrocarburos que realizó Primo de Rivera en los años veinte para crear la empresa pública Campsa (en la actualidad CLH). A cambio, aquel general y dictador cedió la distribución de hidrocarburos en camiones a la familia Corell. Comenzaba una aventura empresarial en la saga valenciana.

El actual presidente de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET) tenía clara desde muy joven su vocación al mundo de las negocios, en cuya gestión entró a los 22 años de edad tras la repentina muerte de su padre, uno de los seis vástagos de la saga Corell Ayora, propietarios de fábricas de papel (Papelería Levantina), yute (Yutera Industrial), arroz (Arrocería San Martín) o de transporte de hidrocarburos, entre otras actividades. Corell, que ya prepara la sucesión familiar en manos de su hijo Francisco Corell Quiles, es director general del Grupo ESK, dedicado al transporte nacional e internacional de productos petrolíferos.

En la actualidad forma parte de un conglomerado de sociedades donde participan cinco socios con el 20 % del capital cada uno. Gestiona una flota 310 camiones dedicados a la distribución de hidrocarburos de Repsol, así como GLP (gases licuados del petróleo). La facturación ronda 35 millones de euros, con una plantilla de 320 trabajadores.

La suspension de pagos de Ercros „el mayor grupo químico de los años noventa en España„, participado por el grupo Torras (del otrora conocido financiero Javier de la Rosa) y pilotado en aquellos tiempos por Josep Piqué, supuso un duro varapalo para Eurogas, la empresa de los Corell y otros inversores. Hubo que reorganizar negocios, funcionar sociedades y crear una nueva corporación: la actual ESK. El grupo de Ercros, entre otros proveedores del transporte, tenía una participación del 10 % en Eurogas. «Piqué me llamó y me dijo que había que reorganizar las sociedades de transporte, lo que dio origen a sociedades en Madrid y Zaragoza. Pero la crisis financiera de Ercros conllevó una amplia reestructuración y dio origen a ESK, marca que crearon estrategas del marketing.

Corell le debe mucho a su tío Francisco, su padrino de bautismo y como empresario, «de quien aprendí casi todo lo que sé en el mundo del transporte». A él se debe el nombre de una fundación, que vela por la formación, investigación y defensa de los intereses del sector. Francisco Corell Ayora (Valencia, 1921) fue un promotor incansable del asociacionismo empresarial desde los años sesenta. Ocupó cargos en el Sindicato Nacional del Transporte y Comunicaciones y fue presidente de la Unión Nacional de Empresarios hasta la desaparición de dicho Sindicato, para dar paso a la nueva etapa de asociacionismo democrático. Fue toda una institución en el sector del transporte.

El presidente de la patronal del transporte lamenta el envejecimiento del parque móvil y de la desaparición de 2.400 empresas de la Comunitat Valenciana durante la etapa de recesión económica. «Han sido tiempos difíciles para todos», puntualiza. Y a vueltas con el debate sobre los plazos y la financiación de las infraestructuras para completar el Corredor Mediterráneo del ferrocarril de mercancías, Corell reconoce sin ambages que no es ninguna panacea para resolver los problemas económicos de España ni de la Comunitat Valenciana. «Un tercer carril en la AP-7 [autopista de peaje] para camiones sería más barato y eficiente que el del ferrocarril, que también contamina, por cierto», puntualiza el empresario y a la sazón consejero de la Autoridad Portuaria de Valencia, representante en los comités ejecutivos de las patronales CEV y Cierval y de la Cámara de Comercio. También lamenta que Renfe, «empresa pública y con pérdidas, que subvencionamos todos los españoles, compita con los operadores privados del sector».

Tampoco considera que sea la «panacea» el rescate de la AP-7 dentro de tres años cuando concluye la concesión de Abertis en el tramo Tarragona-Valencia-Alicante. «Habrá que mantenerla y veremos si el Gobierno puede. La cantidad de impuestos que recauda el Ejecutivo al sector del transporte ni siquiera representa el 10 % de las inversiones en infraestructuras viarias», asegura Corell. Y si se pone la chaqueta de dirigente patronal, lamenta «el futuro incierto de la patronal autonómica Cierval, que es complicado por la crisis financiera de las patronales provinciales de Castelló [CEC] y Alicante [Coepa]». «En mi opinión, hay que refundar la organización para dar entrada a las organizaciones sectoriales así como a las grandes empresas. No tiene sentido „añade Corell„ que BP, Ford o Mercadona estén ausentes en Cierval, que es algo más que la suma de las tres patronales provinciales. Hace falta una nueva Cierval», agrega.

¿Y qué balance hace de la nueva Generalitat tras casi un año y medio de Ejecutivo autonómico? «Pues que la economía carece de prioridades en sus planes de futuro. Ni se apoya a las empresas ni existen proyectos. La política económica está ausente», puntualiza. Corell recomienda a los partidos políticos españoles «apostar por el diálogo y los consensos. No estamos para terceras elecciones», concluye.