Un correo con una oferta financiera inigualable que promete altas remuneraciones instantáneas, una página web cuidada hasta el más mínimo detalle con referencias a bancos de reconocido prestigio y con un número de teléfono, en el que, al otro lado de la línea, una persona hace alarde de conocimientos técnicos y abruma a su interlocutor con su sabiduría económica. El gancho de los ciberdelincuentes que se dedican a captar inversores que no saben qué hacer con su dinero es tan atractivo que puede acabar picando hasta el más preparado. Es lo que le ocurrió al exsecretario de Estado de Hacienda, exministro de Obras Públicas y expresidente del Parlamento europeo Josep Borrell, que le confió 150.000 de sus euros a la firma ConsortFX. Los invirtió a través de su web, pero no era oro todo lo que relucía. Era lo que se conoce como un chiringuito financiero y su dinero se esfumó. Tanto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como la Policía Nacional advirtieron ayer de que este tipo de delincuencia está creciendo con fuerza. Aunque hay varias estrategias para detectar a estos falsos "brokers" y evitar el fraude que ha sufrido Borrell.

La primera pista es clara. Los intermediarios financieros no suelen utilizar el "spam" (la publicidad a través del correo electrónico) para captar clientes ni otros métodos como redes sociales o mensajes al móvil. "Lo normal", asegura la CNMV, "es que las entidades tengan nuestros datos de forma legal, y que les hayamos dado permiso para hacernos llegar sus ofertas comerciales. Pero si una entidad de la que nunca hemos oído hablar se pone en contacto con nosotros para ofrecernos una inversión, hay que extremar las cautelas: probablemente se trate de un chiringuito".

Pero una vez mordido el anzuelo, al e-mail le suele seguir una llamada telefónica, a no ser que ya tuvieran un número de móvil de la víctima y, entonces, se salten el primer paso. A menudo es una conversación llena de tecnicismos, muchos de ellos incomprensibles para la gran mayoría, y en la que se destacan las enormes posibilidades de invertir en un producto financiero determinado. En divisas extranjeras, en el caso de Borrell. Al otro lado de la línea, apunta la CNMV, "se transmite la idea de que se le está haciendo un gran favor al poner a su alcance ganancias excepcionales y utilizan advertencias tales como 'se va a arrepentir si no acepta' o 'nunca se hará rico si no se arriesga'". Aunque la oficina de sus estafadores estaba, supuestamente en Londres, el exministro llamaba a un teléfono de París para preguntar sobre la marcha de sus inversiones. "Suelen insistir bastante para que se tome una decisión inmediata para invertir, saben que si el afectado medita con tiempo la operación que se le propone, o si tiene ocasión de solicitar asesoramiento profesional, probablemente rechazará la oferta", aseguran fuentes del regulador español.

En la misma línea, portavoces de la Policía Nacional explican que en Asturias las estafas on-line están creciendo con fuerza. "Recomendamos que se utilicen siempre páginas web seguras", aseguran esas fuentes. Y admiten que perseguir los chiringuitos financieros es una tarea complicada. "Son investigaciones muy complejas, que llevan meses de trabajo", apuntan. Además, las web suelen pulir hasta el más mínimo detalle para no levantar sospechas entre las víctimas. Por eso suelen ser habituales falsas referencias a relaciones con grandes entidades financieras. En la que "picó" el exministro se presumía de tener negocios con el Commerzbank y Northwestern Bank, además de acuerdos de colaboración con Barclays, Merrill Lynch, UBS, Credit Suisse, Goldman Sachs y Morgan Stanley. La élite bancaria mundial. Borrell reconoció que estas a primera vista intachables referencias fueron las que le generaron mayor confianza.

El "broker" asturiano Rubén Vilela asegura que este tipo de prácticas fraudulentas han crecido con intensidad desde el año 2000 para acá. "La palabrería que suelen utilizar ya te pone en alerta, pero prometen grandes ganancias y hay muchísima gente que acaba abriendo cuentas con ellos", explica. Y sus tácticas para captar inversores son cada vez más variadas. "Utilizan ya cualquier método, desde redes sociales como Facebook y Twitter hasta correos electrónicos y llamadas", detalla Vilela. Eso sí, la transferencia se hace a través de la web.

El supervisor español advierte de que, a la mínima sospecha, lo mejor es llamar a la CNMV para comprobar que "se trata de una entidad autorizada, registrada y supervisada". La que se quedó con el dinero de Borrell estaba en la lista negra de los reguladores financieros de Francia y Bélgica desde diciembre del año pasado. Casi al mismo tiempo que en los teléfonos de la oficina parisina a la que llamaba el exministro se dejó de responder. Eso suele ocurrir cuando los falsos "brokers" han reunido el dinero suficiente y ya no tienen argumentos para justificar ante sus "clientes" que sus ahorros ya no crecen como les habían prometido. "No son entidades más o menos solventes, son estafadores, y cuando ya no pueden justificar las pérdidas o desaparecen o cambian de nombre", señala la CNMV. Y vuelven a la "caza".