La llegada de Mercadona al parque industrial y logístico del Camp de Morvedre es el broche de oro que cierra un año mágico para Parc Sagunt: el 2016 del rescate, salvación y despegue definitivo de una apuesta conjunta de la Generalitat y el Estado que hace apenas seis meses parecía condenada a la muerte por inanición.
Según valoran desde la Generalitat, el aterrizaje de Mercadona puede ejercer de centro gravitatorio que atraiga a nuevas empresas, de logística, de transporte y de servicios, así como la llegada de interproveedores de Mercadona, un fenómeno que ya se ha producido en otros polos logísticos.
Hoy solamente están instaladas allí Zuvamesa, proveedor de zumos de Mercadona, que ocupa 143.318 metros; Dismor (Agua de Benassal) e Inlet Sea Fish, distribuidora de pescado. En total, solo once empresas han escriturado compras de terrenos.
Al margen de esto, los 24,14 millones que va a pagar Juan Roig consolidan el futuro del parque. Este complejo industrial tocó fondo antes del pasado verano, cuando el Estado se negó a «seguir enterrando fondos» en la iniciativa que tutelan la Generalitat y la sociedad estatal Sepides. Parc Sagunt SL, al borde del concurso de acreedores por impagos de nóminas y proveedores, ni tenía músculo para terminar las obras ni podía comercializarlas.
El Puerto salvó el match ball. El 2 de agosto el consejo de administración de Parc Sagunt SL aprobó un acuerdo por el cual Valencia Plataforma Intermodal (VPI) adelantaba 7,75 millones en concepto del pago pendiente por la parcela que tenía reservada y no podía recibir, precisamente porque no había dinero para terminar las obras. Se trata de la Z1: 279.380 metros, junto a la que se ha quedado Mercadona.
Con ese dinero el parque pudo retomar las obras. El pasado 14 de septiembre, el presidente Puig, junto a Aurelio Martínez, volvía a inaugurar el parque tras una década en estado de letargo, con las obras inacabadas, falta de conexiones y problemas de inversión. En estos momentos se terminan las obras de la unidad de ejecución número 4, en el área donde aterrizará Mercadona. Se prevé que antes de agosto de 2017 estén terminadas.
En total, Parc Sagunt SL ha contado con una inversión cercana a 132 millones, al 50% por el Estado y la Generalitat. A ese capital „la empresa pública devolverá lo que pueda con la venta del suelo„, se suma sin embargo una deuda creciente en concepto de préstamos que Generalitat y Estado han ido aportando. Son 26,8 millones.
La empresa de Juan Roig depositó la pasada semana un millón como aval, y en unos días pagará unos ocho millones (el 35% de la parcela). Cuando se entregue la obra, hacia septiembre de 2017, abonará el resto hasta 24 millones.
Con este dinero, Parc Sagunt va a comenzar a amortizar deuda desde ya. Hay cola. Al Ivace le debe 9,3 millones; otros 14,46 a Sepides, y tres más al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF).
El objetivo de los gestores del parque ahora es aprovechar el tirón de Mercadona para comercializar más suelo. Tras quedar desierto el concurso público este pasado verano, Parc Sagunt puede negociar con empresas hasta julio de 2017 y realizar adjudicaciones directas. La operación Mercadona, de hecho, se ha resuelto en un mes. El parque tiene en estos momentos disponibles otras 26 parcelas que suman 618.100 metros cuadrados.
La firma de Juan Roig, de facto, relanza este parque. No es solo Mercadona, si no lo que vendrá tras ella. Y también una actividad que obligará a que se aceleran las inversiones necesarias, como el acceso norte el Puerto Valencia, vital para vertebrar el eje económico Valencia-Sagunt.
Más cerca del centro y norte del país
Mercadona, en todo caso, llega a un enclave privilegiado que le va a conectar a los corredores más importantes de España. Un corazón desde el que irradiar sus productos a todos los nodos logísticos de la empresa. En estos momentos, la Autoridad Portuaria tiene comprometida una inversión en infraestructuras ferroviarias por valor de 31 millones para unir por tren el Puerto de Sagunt y la línea Valencia-Zaragoza, con estación y parada junto a la parcela que se queda Roig.
Además, hay comprometida otra inversión de 63 millones por parte del Puerto para para arreglar los 15 puntos críticos que hoy hacen prácticamente inútil la línea Valencia-Sagunt-Teruel-Zaragoza (50 millones); y otros 13 millones para construir cinco apartaderos y que puedan coincidir pasajeros y mercancías. Esta línea unirá a Mercadona con el eje logístico de Aragón y permite subir hasta el eje cantábrico (especialmente País Vasco y Cantabria). También está en un lugar estratégico para la salida al futuro corredor mediterráneo, así como a las conexión con la A-7. La llegada de Mercadona hace urgentes las obras pendientes.
El Puerto ha jugado un papel importante en el rescate de este parque industrial de tres millones de metros cuadrados. Y también en la llegada de Mercadona. El puerto es propietario de la parcela Z1, de 279.380 metros, pero aspiraba a quedarse con la Z2, que en principio iba a ser para la siderúrgica desmantelada Ros Casares. De hecho, tenía un principio de acuerdo con el Consell para su permuta.
Eso hizo que Mercadona, en un principio, descartara Parc Sagunt. Esta parcela, pegada a la conexión ferroviaria, era el objeto de deseo. La Autoridad Portuaria, al conocer del interés de Mercadona, ha firmado la renuncia al protocolo de intenciones que tenía con Parc Sagunt SL. Es un win win para todos: la llegada de Mercadona va a reactivar el puerto de Sagunt, que depende de la APV; además, va a dar valor a la parcela en la que el Puerto ya había enterrado unos 14 millones. No solo le da valor: desde ayer ha multiplicado su precio de mercado.
