Los ingresos que la Generalitat obtenga por el impuesto de sucesiones de la herencia de más de 2.100 millones „según la revista Forbes y sin contar el patrimonio inmobiliario„ de Juan Luis Gómez-Trénor pueden salvar el año 2017 a la administración pública. Por cada 100 millones de euros que por este gravamen abonen los herederos del empresario valenciano se podría reducir el déficit público en una décima. En estos momentos, el Consell baraja que el desfase en las cuentas del pasado año será del 1,4 %, mientras que el objetivo era del 0,7 % (en 2017 será del 0,6). Con 700 millones más de ingresos por tributos el Gobierno valenciano cuadraría las cuentas y cumpliría con Cristóbal Montoro. Y los números que barajan pueden no alejarse mucho de estos parámetros.

Varios despachos especializados en tributación consultados por este periódico explicaron que es muy difícil cuantificar a día de hoy el volumen del impuesto de sucesiones que deben abonar los herederos de Juan Luis Gómez-Trénor. Pero está claro que el «hachazo» será muy importante. Primero porque el impuesto de sucesiones aplica un tipo progresivo, es decir, mayor cuanto mayor base liquidable existe. Además, de los doce herederos sólo su hermana pertenece al grupo que menos gravamen se le aplica: familiares de primer grado. Sus once sobrinos, familiares de tercer grado, tributarán el máximo. Habrá que ver a cuántas bonificaciones pueden acogerse aunque, la única evidente es la planteada por los beneficios a la empresa familiar.

Los herederos tienen desde el pasado lunes 23 de enero seis meses para presentar la autoliquidación del impuesto de sucesiones en la Conselleria de Hacienda. El departamento que dirige Vicent Soler deberá cotejar que la valoración de los bienes se corresponde con la realidad y aceptar o no la propuesta. En el caso de los bienes rústicos, la administración debe enviar de oficio un perito agrícola para cuantificar el valor.

Cabe recordar que la complejidad y el volumen de la herencia hará trabajar duro a Hacienda. De hecho, los herederos de Isidoro Álvarez, el presidente del Corte Inglés, tuvieron que solicitar una prórroga para presentar la autoliquidación en la Comunidad de Madrid. Las previsiones de la Generalitat para 2017 sobre este impuesto son de 242,9 millones. Sólo la herencia Gómez-Trénor superará con creces esta cantidad.

Juan Luis Gómez-Trénor no tuvo descendencia así que, sin conocer el testamento, podrán heredar su hermana viva Caridad y sus once sobrinos de las otras ramas de la familia: los Gómez-Trenor Torres (cuyos sobrinos son Francisco, Maiju y Loli), Gómez-Trenor Aguilar (Álvaro, Alicia, Marta y Pablo) y Gómez-Trenor Vergés (Javier, Victoria y Carmen).

El patrimonio que heredarán los familiares se concentra sobre todo en la sociedad matriz Empresas Comerciales e Industriales Valencianas (Ecivsa). Es administrador su sobrino Javier Gómez-Trénor Vergés. Esta mercantil posee unos activos valorados en 846,7 millones y su principal participada en Ebro Foods.

La reciente salida a Bolsa de Coca-Cola European Partners situó la participación de la familia Gómez-Trénor con un valor en términos de capitalización bursátil de 1.700 millones. Los accionistas de referencia españoles, entre estos los Gómez-Trénor, agruparon su participación en la nueva Coca-Cola Europa mediante la patrimonial Olive Partners, que tiene su domicilio fiscal en Madrid y el capital social se eleva a 1.517 millones. Figuran como consejeros Álvaro Gómez-Trénor Aguilar, y Javier Gómez-Trénor Vergés.

Paralelamente a los negocios industriales, los Gómez-Trénor también acumulan un notable patrimonio inmobiliario. El empresario fallecido compró en 2016 por 30 millones el edificio Generali de Valencia.