El interés de la comunidad china por adquirir propiedades inmobiliarias en Valencia está disparado. Los chinos son la segundad nacionalidad extranjera que más pisos compra en Valencia tras los franceses. En el último año, las operaciones inmobiliarias acometidas por ciudadanos chinos se han incrementado un treinta por cien y la tendencia se está consolidando. La consolidación del mercado chino se debe a la especulación inmobiliaria en su país, a la contaminación de las grandes ciudades, a las ventajas del sistema sanitario español y a que las compras superiores a medio millón de euros dan acceso al permiso de residencia y trabajo.
Los ciudadanos chinos adquirieron el año pasado 216 viviendas en la ciudad de Valencia frente a las 222 que compraron los franceses y las 134 de los británicos. A pesar de los nueve mil kilómetros en línea recta que separan China de España, el interés por emigrar a Valencia no para de crecer en un mercado con un poder adquisitivo medio-alto. Más del cincuenta por ciento de las operaciones superan el medio millón de euros, que es la cifra que da acceso al permiso de residencia y trabajo. Los chinos que invierten menos de medio millón también pueden optar al permiso de residencia como consumidores pero no al de trabajo, según explicó Xiangda Cheng de la inmobiliaria Huaxin Houses.
Francisco Ballester, responsable de comunicación de la inmobiliaria de lujo Rimontgó, subrayó que los chinos son compradores «muy activos» por la ley aprobada en 2013 para fomentar el emprendimiento y que facilita el permiso de residencia. La propia inmobiliaria se encarga de tramitar el papeleo que incluye la estancia legal en España del comprador y su familia. «Son compradores que en la ciudad de Valencia buscan pisos de obra nueva y fuera de la ciudad optan por urbanizaciones como Mas Camarena porque tienen todos los servicios cerca. Valencia es una ciudad muy competitiva en el mercado de lujo», apuntó Ballester.
Xiangda Cheng precisó que los chinos que están llegando ahora a Valencia son «de clase media-alta. Vienen de ciudades como Pekín o Shanghái. Allí el precio de los pisos se ha disparado en los últimos diez años y pueden rondar entre los 750.000 y el millón de euros a pesar de que el sueldo medio es de 675 euros (5.000 yuanes). Son personas que han heredado propiedades de sus padres y que han decido invertir su dinero en Valencia».
Mercado competitivo
Cheng añadió que España se ha convertido en un mercado muy competitivo por el desplome de los precios tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. «A los chinos no les interesa comprar deuda pública por eso apuestan por los inmuebles. Muchos compran una vivienda y dos locales comerciales para alquilar», señaló. Una parte importante de las operaciones se cierra al contado.
El representante de Huaxin Houses „que tiene su sede en la calle Pelayo, epicentro de la comunidad china en Valencia„ subrayó los problemas de «contaminación del aire, que afecta a miles de chinos. Lo más grave es en Pekin. Muchas personas tienen enfermedades de pulmón. Además, el sistema sanitario chino no es tan bueno como en España y es muy caro. Hay personas que se quieren jubilar y prefieren venir a España».
Xiangda Cheng puntualizó que las compras de sus clientes se están materializando en el barrio de Sant Pau (junto al Palacio de Congresos) y en Nou Campanar, y fuera de la ciudad en Mas Camarena y en El Bosque (Chiva).
