El Banco Mare Nostrum (BMN), surgido de la fusión de las cajas de Murcia, Granada, Sa Nostra (baleares) y Penedés, inicia hoy el último trecho de su historia, que le conducirá a ser comprado o absorbido por otra entidad. Aunque no se espera que hasta mediados de marzo el fondo público FROB desvele su decisión final, las particularidades del proceso y el balance de la entidad parece que no han despertado un gran interés en el sector, motivo por el cual va ganando fuerza la opción que se maneja desde hace tiempo, es decir la fusión con Bankia, donde el Estado tiene el mismo porcentaje que en BMN: un 65 %.

Este mediodía concluye el plazo para presentar las ofertas no vinculantes por BMN ante Société Générale, el banco de inversión contratado por el FROB para sondear al mercado, que hace unas semanas distribuyó entre las mayores entidades del país un breve documento con las principales magnitudes de BMN. Después vendrán las vinculantes, si las hay finalmente. Y entonces, hacia mediados de marzo, el FROB tomará su decisión. Si opta por no aceptar ninguna de las posibles ofertas -entre los interesados se encuentran Sabadell, Santander y CaixaBank-, se abrirá de inmediato la vía de la fusión con Bankia, En realidad, una absorción. En ese momento, el banco con sede en València y BMN iniciarán un proceso de due dilligence para analizar sus respectivas cuentas y, a continuación, Bankia hará una oferta por el 100 % del banco presidido por Carlos Egea, lo más probable a través de un canje de acciones, que elevará el peso del FROB en Bankia.

En el sector cunde la impresión de que es difícil que se presente una oferta que supere las bondades de la operación BMN-Bankia. El FROB, que puso 22.425 millones para sanear el banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri y 1.645 en BMN, está decidido a recuperar la mayor parte posible del dinero. El fondo público reclama al eventual comprador del Banco Mare Nostrum un total de 1.600 millones de euros, pero también exige otros 900 por las sinergias de costes que se podrían obtener mediante la fusión con Bankia. En total, 2.500 millones por una entidad cuyo valor en libros ronda el 0,4 %. Además, la rentabilidad de la entidad es de un 2,6 %, un porcentaje que está entre los más bajos del sector.

Son dos factores no demasiado atractivos para unas entidades financieras que viven acogotadas por las caídas de márgenes provocadas por los bajos tipos de interés. Además, entre BMN y Bankia existe una gran complementariedad, lo que implica reducir los habituales costes, es decir, los despidos y cierre de oficinas. Así, el grueso de las 659 sucursales de BMN se encuentra en Granada (149), Murcia (161) y Baleares (159), tres territorios con escasa presencia de Bankia, que se tuvo que retirar, por mandato de las ayudas europeas, de las zonas que no eran de origen de sus cajas fundadoras, entre ellas Bancaja, Caja Madrid y Caja Canarias. En las tres autonomías de donde procedían estas entidades la presencia de BMN es reducida: 1 oficina en Canarias, 14 en Madrid y 79 en la Comunitat Valenciana, aunque de esta última 54 están en Alicante, donde Bankia tiene menor red que en Valencia y Castelló. BMN, según el documento de Société Générale, es la última de las catorce mayores entidades del país por activos (39.000 millones) y en créditos (21.000), mientras que en depósitos, con 29.000, supera al grupo Cajamar. La suma de esos números solo permitiría a Bankia ganar una posición y alcanzar la cuarta en créditos.