La Generalitat está determinada a conocer de forma directa los motivos concretos por los que la fiscalía anticorrupción decidió archivar la investigación a Feria Valencia por los sobrecostes en sus obras de ampliación y las irregularidades en la gestión durante la etapa como presidente de Alberto Catalá. La fiscalía, que cerró el caso al entender que el despilfarro no es un delito, ya denegó recientemente a las Corts Valencianes la remisión del citado escrito tal como le había reclamado la comisión de investigación sobre la institución ferial, que arrancó sus trabajos a principios de marzo pasado. La negativa obedeció a que las diligencias de investigación son un procedimiento de carácter preprocesal de naturaleza reservada cuyo acceso está restringido a las partes personadas.
Ahora es la Dirección General de Comercio de la Generalitat, liderada por Natxo Costa, la que ultima un documento para que la fiscalía le permita obtener el decreto. El texto preliminar, al que ha tenido acceso este diario, recuerda que para acceder a las citadas diligencias el solicitante debe ostentar un «interés legítimo», ya sea como «denunciante, ofendido o perjudicado». Es a esta última condición a la que se acoge el citado departamento del Consell, entre cuyas competencias se encuentra la de tutelar a las instituciones feriales de la Comunitat Valenciana. El director general de Comercio, además, es vocal nato de los órganos de gobierno de la entidad ferial.
No obstante, el punto clave es el convenio suscrito en mayo de 2002 entre la Generalitat y la Feria por el que la administración autonómica se comprometía a abonar toda la deuda de la institución por sus obras de ampliación que esta no pudiera asumir. La Feria solo pudo realizar pagos en los primeros ejercicios. Luego entró en pérdidas con la crisis y desde entonces ha sido el Consell el que ha corrido con todos los gastos, que ascienden a 1.027 millones, incluidos los financieros. A la par que la entidad entraba en números rojos, sus gestores no cesaron de cargar a la institución innumerables gastos suntuarios como viajes, comidas, regalos de todo tipo y contratos millonarios con la trama Gürtel, entre otros.
