El ecosistema empresarial valenciano tiene alguna rara avis que escapa al esquema habitual. Uno de ellos es Juan Planes, segunda generación de la familia ligada al negocio de la producción y venta de pollo que lleva su apellido. Detrás de uno de los virreyes del pollo en València se esconde un gurú del desarrollo personal y la búsqueda de la felicidad.

«Empecé en 1999, cuando el coaching era una palabra que no se conocía en España. Lo he tenido siempre como hobby y hace diez años monté con varias personas la asociación Desata tu potencial», explica el hombre que está detrás del desarrollo de Pollos Planes y su cadena de restaurantes.

En los últimos años unas once mil personas han pasado por sus seminarios. Sus enseñanzas se basan en la psicología positiva, también conocida como «ciencia de la felicidad». «La psicología siempre se ha centrado en ayudar a las personas que están mal a que estén bien. La psicología positiva centra también la atención hacia los que están bien para que estén mejor. Trabajamos todo lo que la psicología positiva nos dice», explica el empresario.

«Este mundo del desarrollo personal va mas allá de la autoayuda. La psicología positiva se centra en aquello que está demostrado, como la meditación, que es una práctica milenaria», añade.

¿Y para qué sirven estrategias como el mindfulness en el día a día de un directivo? «Procuro utilizar mucho esto como empresario. Hay un proceso de transformación personal: creo que me ha ayudado en ámbitos como el control del estado emocional. Antes sufría migrañas, jaquecas... Para la reducción del estrés ha sido como magia. No sabía desconectar», reconoce Planes, que también apunta a habilidades adquiridas y puestas en práctica en el día a día, como la capacidad de negociación o de persuasión. «Muchas de las cosas que he conseguido ha sido por estas herramientas», afirma.

Meditar, baile y pasos sobre cenizas

Los seminarios de Planes, como el que celebra en València los días 19 y 20 mayo y que ya ha desarrollado en todas las universidades valencianas, tienen mucho de aprendizaje de técnicas y estrategias de meditación, de conexión mente-cuerpo, altruismo, luchar por una causa, explica el empresario. Pero también cuentan con momentos de distensión, como bailes o ejercicios como caminar sobre cenizas para «destruir creencias limitadoras y transformar el temor en poder».

En cuanto al efecto sobre los asistentes de sus seminarios multitudinarios, Planes presume de la capacidad para transformar a la gente. «La gente toma decisiones, hay un antes y un después en su vida. Suele ser el primer contacto serio con el mundo del desarrollo personal», asegura.

En un contexto en que los cursos de formación, de mejora de habilidades relacionales y trabajo en equipo ya están completamente integrados en la vida de las empresas, este experto lamenta que pocas compañías se han apuntado aún a la psicología positiva: «En los seminarios hay menos gente de empresas de la que debería. El seminario, cuando nació, era una combinación de formación en éxito y en felicidad. Hoy está más dirigido a que las personas estemos bien, al bienestar. Hay mucha formación en el mercado sobre habilidades. Una persona feliz es un trabajador menos conflictivo», concluye Planes, que dirigió también una empresa de formación.