Coca-Cola España pone en marcha un nuevo enfoque estratégico para los próximos años con el objetivo de convertirse en una compañía total de bebidas, en la que declara la «guerra» al azúcar para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo y con el que pretende remontar sus ventas. Además, la compañía prevé mejores resultados durante 2017 por el «auge del turismo, el calor y la reactivación del consumo que se observa en diversos canales de comercialización de la distribución», aseguró el director de Relaciones Corporativas de Coca-Cola Iberia, Juan José Litrán.

La nueva apuesta pone en el centro de todo al consumidor, buscando dar respuesta a los cambios en sus gustos, necesidades y hábitos de consumo. Para dar forma a esta «nueva ruta» de la compañía, Coca-Cola ha puesto en marcha una serie de acciones tanto «dentro de la botella» como «fuera de la botella», con el foco puesto en ser una compañía capaz de ofrecer una alternativa para cada ocasión, apostando por la innovación, nuevos ingredientes y sabores, menos azúcar, envases más pequeños (latas de 25 centilitros) e información más detallada a los consumidores.

Tras culminar su proceso de reestructuración en España, con el cierre de factorías y recortes de plantilla, la planta embotelladora valenciana de la multinacional de bebidas refrescantes jugará un papel clave en el lanzamiento de nuevos productos, si bien Coca-Cola todavía no ha desvelado su carga de trabajo por factorías en los próximos años. Las ventas de productos sin azúcar ya representan el 40 % de las ventas de la empresa.

Pelayo Bezanilla, director de Comunicación y Asuntos Públicos de Coca-Cola Iberia, explicó cómo «el nuevo enfoque estratégico busca la evolución hacia una compañía total de bebidas, capaz de ofrecer a los consumidores una alternativa para cada situación y para cada estilo de vida, y para ello continuaremos ampliando y diversificando nuestra oferta de bebidas en España y en el resto del mundo».

Cambio de hábitos

Y es que los consumidores de hoy, según la compañía no se parecen a los de ayer y sus preocupaciones, sus gustos, e incluso sus hábitos de compra son diferentes. Por eso, con esta estrategia, Coca-Cola da un paso al frente asumiendo que tiene un rol activo que jugar para adaptarse a las necesidades y estilos de vida de los consumidores, a los que sitúa en el centro de toda su estrategia.