Obinesa Grupo Empresarial (antigua Lubasa) se mantiene como uno de los principales holdings de la Comunitat Valenciana. En 2007, cuando todavía la crisis económica no había aterrizado, la familia Batalla decidió reagrupar sus firmas, entre otras Lubasa, en cuatro ramas; Becsa (construcción), Saloni (cerámica), la red de concesionarios de automoción y el sector de materiales de construcción y canteras de Origen, que englobaban 15 sociedades.

Esta diversificación ha permitido a la empresa sortear el estallido de la burbuja inmobiliaria. En los años de crecimiento económico creció de manera considerable gracias especialmente al tirón de la construcción residencial y de la obra pública, pero la reordenación de 2007 propició que los activos tóxicos del boom inmobiliario no se expandieran a otros sectores del grupos.

Obinesa, de esta forma, conservó su fortaleza y consiguió refinanciar su deuda en los peores momentos de la crisis, bajándola de los 1.100 millones en 2009 a los 360 millones actuales. Para ello, entre otras acciones, ha realizado desinversiones en sectores no estratégicos y ha vendido parte del negocio inmobiliario, por ejemplo, os antiguos edificios de los juzgados de València, en la Porta de la Mar de la capital del Túria.

El grupo empresarial cerró 2016 con una mejora del 10 % del volumen de negocio, que alcanzó los 350 millones de euros. La dirección del grupo la llevan los tres hijos de Luis Batalla, fundador en 1969 de la antigua Lubasa.

La firma ha participado en obras como el aeropuerto de Castelló, la ampliación de la dársena sur del puerto de Castelló, el nuevo hospital La Fe o el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València.