Nadie sabía de ustedes hasta que aparecieron en escena Uber y Cabify. ¿Dónde estaban los conductores VTC (alquiler de coches con conductor)?
Nuestro sector se ha dedicado sobre todo a trabajar con empresas, ejecutivos, touroperadores. Lo que no hacía era el traslado urbano, que acaparaba el taxi. Con las aplicaciones apareció un nuevo nicho de mercado, lo que el ciudadano puede relacionar con el taxi tradicional, aunque no lo es. El problema ha surgido ahí, cuando han friccionado ambos sectores. El taxi ha visto una competencia muy fuerte, porque la calidad del servicio y el precio es mucho más competitivo.
La clave está en las licencias. ¿Por qué la administración las deniegan y los jueces las reconocen?
Hay que ir al origen, a 2009, con la ley Ómnibus. De entrada Europa dejaba fuera el sector del transporte, aduanas, etc., pero el Gobierno de Zapatero lo incluyó porque había que liberalizarlo todo para rebajar el paro. Dijimos que iba a ser un problema. Cuando Rajoy llegó al poder aseguró que lo iba a derogar y volver al ratio de solo una VTC por cada 30 taxis. Hizo una reforma en 2013. El artículo 48.2 decía que se podría limitar el ratio reglamentariamente. «Se podría». Pero hasta noviembre de 2015 no se hizo, cuando esa ratio estaba rebasada con mucho. Ahora la administración deniega todas las peticiones de VTC, todas, pedidas antes o después de 2015, salvo defecto de forma. Y hay 14 sentencias del Supremo diciendo que los que la piden tienen razón, pero la administración se obceca en seguir recurriendo. Hay muchos ejemplos. Ares Capital ganó 200 y el TSJ le dio razón. Todas las que se han pedido antes de 2015, se van a reconocer.
Entonces están en contra de la liberalización aunque muchos asociados trabajan para Uber o Cabify, que quieren más licencias
Sí, porque una cosa es una regulación mínima y otra una sobredimensión del mercado.
Es decir, que paradójicamente están con los taxistas.
Lo hemos dicho siempre, pero no nos escuchan. Es una sobredimensión del sector. Al final del camino todos nos dedicamos al transporte de pasajeros. Hay una cosa clara. Cuando empezó la ley Omnibus había 2.500 VTC; cuando termine de salir todas las que están sede judicial seremos de 22 a 25 mil. En València éramos 155 más en 2009 y pasaremos de 1.200 a 1400. La ratio pasa del 1/30 al 1/4. Y eso nadie lo puede parar; el sector está liberalizado y todo el que esté interesado, el tribunal se lo va a dar.
¿Le parece justo que taxistas que han pagado decenas de miles de euros por la licencia vean cómo ahora le compiten con un permiso que vale 30 euros?
Pero es que la licencia del taxi en origen valía también 5.000 pesetas. Son licencias compradas en el mercado secundario. Hay mucha gente que hipotecó su casa para tener un puesto de trabajo para siempre. Eso no es culpa de nadie. Si usted se gasta 125.000 euros en una licencia de taxi quiere recuperarlos, y eso va vía tarifa. Entiendo al afectado pero el mercado es el que es, y es el juez que va a regular el sector y va a eliminar por exceso o por defecto tanto taxis como VTC. Nadie se va a librar.
Empresas de toda España están pidiendo licencias en València. ¿Ve la sombra de la sombra de la reventa? ¿Teme una burbuja?
El mercado será el juez que regule, y puede haber una burbuja. Hay muchas empresas que han pedido licencias en muchas partes. Luego hay algunos que las explotan y otros que no. Lo que se llama especulación. Aunque suene mal, si una sociedad con licencias vende las acciones no es ilegal. No es que esté conforme o no. Yo no lo hago.
¿ Existe mercado secundario de licencias VTC en la CV? En Madrid se habla de hasta 50.000 euros
Yo creo que si no existe, si que hay un mercado subyacente que está a la espera de conseguir tarjetas. Hay quien pide tarjetas en la CV y también hay interesados en comprar esas tarjetas porque se les pasó pedirlas entonces. Están trabajando con tarjetas de fuera, eso es ilegal, y entonces se ven presionados para comprar. Entonces, sí, hay un mercado secundario.
¿A los empresarios les sale rentable trabajar para Uber o Cabify?
Pues no lo sé. No tengo esa experiencia. Yo cuando viajo siempre uso una aplicación. Y a mí me sorprende. Desde Atocha, para un traslado de unos 10 km, me ha llegado un Mercedes nuevo, con un señor uniformado y me ha cobrado 5 euros. Si tiene que trasladar el 25% de comisión a la aplicación son cuatro euros. Yo lo veo muy barato pero cada uno hace lo que quiere.
Han denunciado agresiones. ¿Qué dicen las autoridades?
Hemos trasladado la problemática a la Generalitat, que nos traslada a la Policía porque dicen que no tienen competencias. Yo creo que cuando es un sector tutelado por la administración valenciana sí tiene alguna competencia, alguna responsabilidad incluso también. Pedimos una cita a la Subdelegación y nos dijo que no. Hemos tocado muchas puertas y todo el mundo se lava las manos.
Los taxistas dicen que Uber o Cabify buscan pasajeros, algo que va contra la ley.
Fomento puso de moda la 'captación ilegal' con una orden interna a instancias del sector del taxi. Aunque el reglamento no lo dice, según ellos no se puede estar estacionado cerca de centros de gran afluencia: centros comerciales, centros deportivos, estaciones, aeropuertos? Aun estando en un callejón, el policia local de turno llega. Los coches VTC que trabajan para estas aplicaciones no buscan pasajeros en la calle. Es absurdo. Para que te recoja un coche tienes que ir a la app. No puedes pararlo en la calle.
Ustedes, como empresarios, también denuncian intrusismo.
No estoy en contra de que vengan VTC de otras autonomías siempre que cumplan la norma (no exceder el 20% de facturación al trimestre fuera de su autonomía). En alicante es el todo vale. Es un escándalo. En El Altet, aunque las VTC tienen parada junto a los taxis, no caben. Se lo hemos dicho a Aena.
