La compañía valenciana Intermodalidad de Levante, filial de Air Nostrum para explorar el negocio del transporte de pasajeros en tren, acaba de desplegar una jugada con la que podría colarse por la puerta de atrás en el corredor ferroviario Madrid-Barcelona sin necesidad de esperar a que Fomento liberalice el sector. Una liberalización que no tiene plazos previstos aunque Bruselas anima a abrir la competencia con Renfe a partir de 2020.
Básicamente, la firma está interesada en convertirse en operador de transporte ferroviario internacional entre España y Francia, más concretamente entre Madrid y Montpellier. En estos momentos, la Unión Europea ya ha liberalizado el transporte cuando se trata de movimientos entre dos países, aunque ninguna empresa privada lo opera. En el caso de España, al no haber corredor de alta velocidad con Portugal, el paso a Francia por Barcelona es la única alternativa.
Según señaló ayer el diario vozpopuli, la compañía valenciana estaría interesada en la ruta Madrid-Montpellier, que tendría como tramo más atractivo el Madrid-Barcelona. Desde la compañía de Carlos Bertomeu «ni confirman ni desmienten la información», y solo «confirma su interés por operar en el mercado ferroviario de viajeros cuando se liberalice en 2020».
Estos días, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) está preparando las condiciones para operar este servicio. El transporte internacional de viajeros por ferrocarril está liberalizados desde 2010. Hoy ya existe la posibilidad de recoger y dejar viajeros en cualquier estación a lo largo del trayecto internacional, incluidas las que están dentro del mismo Estado. Sin embargo, explica la CNMC, este hecho «no puede suponer la liberalización de los servicios ferroviarios nacionales».
Así las cosas, Competencia tiene que determinar los criterios para que un operador pueda demostrar que su objetivo principal es el transporte internacional. La CNMC es la encargada de desarrollar esta metodología. El 1 de junio abrió una consulta pública durante unas semanas y en estos momentos el órgano está a punto de presentar esa metodología. Básicamente, se trata de fijar un porcentaje mínimo de ventas (se habla de un 30%) que debería corresponderse a viajes transfronterizos.
Una vez establecida la metodología, las empresas podrán presentar sus proyectos para operar el corredor internacional. Una vez se presenten las candidatas a operador internacional, Renfe y Fomento tendrán un plazo para impugnarlas si entienden que no se ajustan a los criterios.
Desde el sector se señala que detrás de esta jugada estaría Víctor Bañares, el experto en el sector aeronáutico y ferroviario en quien Carlos Bertomeu se ha apoyado para poner en marcha Intermodalidad de Levante. Bañares, uno de los impulsores de Vueling y director de marketing del grupo turístico Orizonia, es una gran conocedor del sector ferroviario. Fue durante cinco años responsable comercial de Renfe.
Bañares define la firma como un «consorcio empresarial español que prepara el primer operador ferroviario privado ibérico de pasajeros para competir en España, Francia y Portugal en la apertura de los mercados ferroviarios domésticos de viajeros en 2020». Es miembro de la alianza AllRail de Operadores Privados Europeos.
Intermodalidad de Levante ya obtuvo hace meses la licencia de ADIF para competir con Renfe. Pero no fue la única. Otras compañías como Alsa o Globalia también se han puesto en la parrilla de salida ante la liberalización del sector.
