El pacto «histórico» alcanzado por los operadores del comercio (desde las grandes superficies hasta el pequeño comercio) parece que tiene la estabilidad asegurada, pero su futuro, como todo en este debate de las aperturas en domingos y festivos, se presume incierto.

Compromís, partido responsable de la política de comercio en la Generalitat y el Ayuntamiento de València, no renuncia a su mandato programático: acabar con la libertad horaria. Tanto el director general de Comercio, Natxo Costa, como el concejal Carlos Galiana, remiten a la proposición de ley que su partido quiere poner en marcha en el Congreso para acabar con la obligatoriedad de que las grandes ciudades tengan al menos una zona de gran afluencia turística (ZGAT).

Hace unos meses, Compromís ya consiguió articular una mayoría para aprobar una proposición no de ley que reclama al Gobierno que cambie la ley en ese sentido. La PNL, per se, no tiene fuerza legal, pero sí permitió escenificar la existencia de un bloque parlamentario contra la libertad horaria. «Yo no abandono la idea de eliminar una ley injusta que machaca al pequeño comercio», sostiene Galiana, que remite a esa línea abierta en el Congreso.

El concejal califica de buen acuerdo para la C. Valenciana el consenso alcanzado en el observatorio este lunes. En esencia, el comercio en Valencia, Alicante y unos pocos municipios de la costa alicante, podrá abrir del 15 de junio a la primera quincena de enero. Se pasa de abrir 63 domingos y festivos a 40. El gran comercio renuncia así a un tercio de sus aperturas, si bien es cierto que en la época del año donde menos rentables son esas ventas. Además de esto, los municipios que ahora gozan de zona de gran afluencia (la mayoría de los costeros) podrán abrir unos 25 festivos; en cuanto a todos los demás, incluidos los del área metropolitana, se pasa de 10 a 12 festivos aperturables al año.

«No es un buen acuerdo para València», sostiene Galiana. «Siempre he dicho que si llegáramos a un buen acuerdo lo respetaría aunque saliera la proposición de ley», añade. De momento, se remite a la reunión del Consell local del Comerç convocada para el martes para fijar posición. «Depende de lo que se hable el martes», añade. En la misma línea, el alcalde Ribó señaló que quiere un «marco más restrictivo». Desde Ciudadanos, Giner reclamó a Ribó que deje de enfrentarse a quienes buscan un acuerdo.

Economía retira los recursos

Por otro lado, desde la conselleria confirman que en cuanto el pacto se eleve a oficial y se confirme que ningún operador lo recurre, la conselleria retirará el procedimiento de lesividad contra las zonas de gran afluencia que se interpuso hace unos meses con el objetivo de anularlas. Eso sí, Natxo Costa también se mostró partidario de mantener abierta la vía política en el congreso. Aunque se aprobara la proposición de ley, se respetaría el pacto, sostiene Costa.

Con todo, en estos momentos el único elemento de incertidumbre sobre la viabilidad del pacto está en el posicionamiento de los dos sindicatos UGT y CC OO. Tanto las patronales como el conseller les han pedido una abstención, pero a falta de ver el detalle del documento final, a ninguno de los dos les «convence» la propuesta. Climent quiere consenso, y su hipotético rechazo puede reventar el pacto.