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Sector

Los ocho gremios de horneros negocian crear una sola patronal tras una década divididos

La insolvencia de algunas organizaciones y la agresiva competencia de precios y formatos lastran a este sector histórico

Sede de la provincial de panaderos de València, en la calle Caballeros. f. bustamante

El sector de los horneros y pasteleros en la Comunitat Valenciana se encamina hacia la reconciliación. Tras una década con los diferentes gremios (hay hasta ocho en territorio valenciano) divididos en dos patronales, el histórico Gremi de Forners de València (data de 1462) ha impulsado una mesa de unidad con el objetivo de agruparlos a todos en una sola organización.

Según ha sabido este diario, el pasado 21 de septiembre se produjo un encuentro en el Centre de Artesania de València, patrocinado por la Conselleria de Economía, en el que participaron dirigentes del Gremi de València; el de la Muntanya d'Alacant (Grefpama); la Asociación Pastelera de la Provincia de Alicante; la organización Asepan; las federaciones de panaderos provinciales de Alicante, Castelló y València, y, aunque no acudió, también estuvo invitado el Gremio de Maestros Confiteros de València.

El objetivo de la reunión -y parece que la respuesta va bien encaminada- es crear una sola patronal autonómica. En estos momentos, existen dos entidades de ámbito autonómico que se solapan en la interlocución con la administración, para desconcierto de la conselleria.

La división se produjo hace una década, aproximadamente. Hasta entonces existía la Confederación Autonómica de Organizaciones de Panadería y Pastelería (Coppaval), existente desde los años 60 y que agrupa a las tres provinciales.

La ruptura se produjo en València. El histórico Gremi de Forners y la federación provincial de panaderos de València (Fegreppa) rompieron su relación por la deriva de la provincial. Concretamente, cuando esta decidió migrar de la sede del Gremi y, al calor de las ayudas públicas del Consell del PP, comprar un palacete en la calle Caballeros.

El Gremi se dio de baja de la entidad provincial y uno de los costes fue que se quedó fuera de la autonómica, con lo que eso comporta a efectos de ayudas. Al no poder reconducir la situación y reintegrarse como Gremi, terminó impulsando su propia patronal autonómica, la Federación de Asociaciones de Panadería y Pastelería (Fappcova).

Diez años después de aquello, la situación del sector es compleja. Algunos de los gremios se encuentran en situación de anemia económica, con escasa actividad y pérdida de socios. Incluso alguno, como el caso de la provincial de València-Fegreppa, en situación de insolvencia, ya que ni siquiera la venta del inmueble le garantiza la supervivencia.

La competencia es agresiva. Supermercados, gasolineras y tiendas multiproducto, están llevando el sector a una guerra de precios a la baja, a lo que se añade la presión de nuevos formatos de panaderías franquiciadas.

«Las condiciones objetivas son duras», apuntan desde la administración, aunque algunas entidades como el Gremi de Forners de València se mantiene a flote con las cuentas saneadas, actividad de formación y nuevas altas más allá de su ámbito territorial.

En este contexto, fuentes conocedoras de la reunión señalan que la propia entidad de la capital, como convocante, habría propuesto «sumar esfuerzos» para tener una sola voz ante la administración.

Incluso el Gremi también habría ofrecido su estructura, tanto el uso de su sede social en el centro de València, como sus servicios profesionales (aparato administrativo, servicio laboral, fiscal, etc) para prestar servicio a los socios de las organizaciones gremiales que se encuentren en peor situación. Ya hay casos de gremios locales de València que, a cambio de un canon, utilizan los servicios de la histórica organización de la capital.

Como telón de fondo de toda esta negociación aparece también la delicada situación de la federación provincial de València. Como ya contó Levante-EMV, la deuda con los bancos ha abocado a la entidad a poner en venta su noble edificio. Incluso ya había comprador, pero la situación se complicó cuando la Generalitat ha reclamado que, en caso de enajenación del inmueble, se devuelvan los 1,56 millones de ayudas para financiar dicha sede.

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