Tan "encantador" como inflexible, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, participó esta semana en su último Eurogrupo, la institución europea de la que este político veterano, muy popular en su país y muy respetado en Bruselas, era el miembro más influyente. Fiel a la canciller Angela Merkel, pese a no estar siempre de acuerdo, se prepara para asumir la presidencia del Bundestag (Cámara baja del Parlamento alemán) a sus 75 años tras haber controlado las finanzas germanas con mano dura durante ocho años. Figura destacada de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Wolfgang Schäuble trabajó sin descanso para mantener la integridad de la zona euro durante la crisis financiera. Es el mayor de los 19 ministros del Eurogrupo y el único que puede jactarse de haber conocido la totalidad de la deuda griega, en la que este eurófilo convencido a veces tuvo que ponerse el traje de "poli malo".

Su salida constituye "un trastorno para el Eurogrupo", declaró a Afp el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, que también participa en las citadas reuniones ministeriales. "Sea quien sea su sustituto, habrá un antes y un después". El francés se refirió a un hombre "exigente"y "capaz de ser duro" y alabó "su humor, su inteligencia, su valentía" y "su energía". "Es una pena que un espíritu claro y analítico como el suyo abandone el grupo", dijo por su parte el austriaco Thomas Wieser, alto responsable de la eurozona y encargado de organizar esas reuniones.

Directo, obstinado y sin pelos en la lengua, la más mínima declaración suya era escuchada por el Eurogrupo, donde nada se decidía sin su consentimiento. En el punto álgido de la crisis griega, en 2015, el poderoso ministro, inflexible durante las negociaciones para salvar a Grecia, llegó a defender que el país saliera temporalmente de la zona euro, lo que le costó una fuerte animosidad en Atenas.

El entonces ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, una controvertida figura de la izquierda, muy conocido por sus críticas contra el Eurogrupo, acusó al alemán de haber "llevado a Europa a un callejón sin salida". En un libro, Varoufakis describe, con amargura, su primer encuentro: "Al principio era bastante amigable, insistiendo en que nos llamáramos mutuamente por el nombre de pila. Pero inmediatamente después, dejó entender claramente que no iba a tener en cuenta nada de lo que yo acababa de decirle". "Así que entendí que yo era una maldita molestia para él", agregó el griego.

"Varoufakis detestaba a todo el mundo excepto a sí mismo" y Schäuble siempre "conservó el autocontrol" frente a él, se limitó a comentar el ministro francés de Finanzas de la época, Michel Sapin, preguntado por Afp. Sapin, que habló del alemán como de un hombre "encantador", consideró no obstante que la idea del 'grexit' temporal fue "un error importante". "No sé si lo hizo por convicción [...] o si era una táctica", se preguntó el galo. "Había un juego sutil entre él y canciller [...] una faceta de ´poli bueno, poli malo´", agregó.

Al final, el pragmatismo de Merkel se impuso al rigor de Schäuble, aprobando un programa de ayudas para Grecia en julio de 2015, si bien este último se mantuvo firme frente a Atenas, vetando cualquier alivio significativo de su deuda. Su salida conllevará que las cartas vuelvan a repartirse dentro del Eurogrupo, y más teniendo en cuenta que su presidente actual, el holandés Jeroen Dijsselbloem, defensor de la misma línea, también dejará el cargo en enero.