El presidente del Instituto Valenciano de Empresa Familiar (IVEFA), José Bernardo Noblejas, reivindica un espacio para la empresa familiar en la industrialización de la C. Valenciana, a la que aportaría creación de empleo y la fidelidad y voluntad de continuidad que caracteriza a estos empresarios.

Noblejas, en una entrevista con motivo del vigésimo aniversario de la asociación, considera que ahora hay «una oportunidad de oro» para que la empresa familiar forme parte de ese desarrollo industrial -incluida la industria agrícola- y por ello reclama apoyo político y financiero. «Se lo hemos dicho a la Conselleria de Economía, pero no vemos la figura de la empresa familiar» en el diseño de la industrialización de esta autonomía, señala Noblejas.

La forma de apoyar a la empresa familiar «no es darle» sino «quitarle palos de las ruedas» y, en ese sentido, cita el acceso a la financiación valorando el proyecto de la empresa, favorecer la sucesión, la inclusión en proyectos de las Administraciones Públicas y reducir la «carga pesadísima» de la burocracia que obliga a destinar personal a trabajo «improductivo».

La empresa familiar, opina, ha sufrido una transformación «tanto o más» que las no familiares, en gestión, tecnología y globalización, y en ese proceso ha pasado de ser «eminentemente agrícola» a «mucho más tecnológica y de servicios», pero no ha desarrollado su parte industrial. De hecho, las empresas familiares del sector industrial solo representan alrededor del 10 % mientras que el comercio y los servicios aglutinan el restante 90 %.

Noblejas destaca el problema de la financiación al que se enfrenta la empresa familiar, ya que a las dificultades que han soportado las empresas durante los años de la crisis se suma un segundo elemento: que un banco no acepte financiar a la empresa a pesar de que ésta tenga una buena cuenta de explotación porque ya tiene hipotecado su patrimonio con otra entidad. Este es, a su juicio, uno de los retos que tiene el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), en la línea de que quede «reflejado» que no se puedan dar peores condiciones a una empresa que avale el crédito con su patrimonio.

Añade que tampoco «puede castigarse» a una empresa familiar en el acceso a la financiación por tener un proceso de sucesión abierto, y debería «evaluarse» cómo se está llevando a cabo el procedimiento. En cuanto al "efecto Cataluña", reclama que se dé «las máximas facilidades» a las empresas que se trasladen aquí.